Las costumbres son como un ancla, al igual que ella sujeta al barco en un punto impidiendo que vaya a la deriva de la corriente, la rutina conduce a realizar las mismas practicas a pesar de que la evidencia demuestre su inconveniencia: ocurre en la vida cotidiana, en el trabajo, en el gobierno, en fin, en todas las actividades relacionadas con la especie humana.
Las inocultables dificultades de la economía mundial, los reveses de los países emergentes, la predicción de una nueva crisis financiera global; han auspiciado el crecimiento de los detractores de las políticas económicas del libre comercio, unos con mayor peso que otros, algunos otrora promotores de sus postulados; pero sin importar el rango o procedencia, sin embargo, se continúa actuando según sus reglas a la luz de la conveniencia de cada uno.
Trump, por ejemplo, cuando se refiere a las relaciones comerciales de su país con China, se convierte en un firme detractor del intercambio sin restricciones; pero si del mismo tema se ocupa en relación con los países de su patio trasero, como Colombia vuelve a encontrar en el comercio sin aranceles una multitud de virtudes, sobre todo cuando de vendernos sus excedentes en arroz, trigo, maíz, soya, algodón, etanol, papa, leche, carne, etc., se trata; por supuesto sin mencionar todo tipo de mercancías manufacturadas y bienes de capital, algunos de los cuales también podríamos fabricar aquí.
El enmermelado Plan de Desarrollo, de acuerdo a denuncia pública del mismo German Vargas Lleras, que cursa en el congreso, insiste en reafirmar las mismas políticas, debatidas en los foros internacionales, que hace rato vienen destruyendo la economía del país, que no han resuelto la calidad de la atención en salud, ni en educación, que precarizan la vida de las clases medias y sumen en mayor pobreza a las rurales; quienes construyen esas políticas únicamente ven la ventaja que representa para un núcleo muy reducido de beneficiarios entre quienes se cuenta a los dueños de los bancos y el entramado de actividades ligadas al sector financiero y por ello no varían el libreto.
La minga en curso en el Cauca, las manifestaciones acordadas por cafeteros para el 24 de abril, el anuncio del magisterio de insistir en el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el gobierno para el mejoramiento de la educación, así como la revisión que harán los universitarios de los acuerdos recientes en el próximo congreso de Acrees, podrían sacarnos de la modorra y concretarse en cambios de costumbre en los comicios por venir; ojalá así sea.
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Por: Libardo Gómez Sánchez – libardogomez@gmail.com