No pinta bien el panorama electoral en el Huila

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Las más recientes encuestas publicadas por diario La Nación, sobre la intención de voto para la Gobernación del Huila y la Alcaldía de Neiva, muestran tendencias claras de cara a la próxima jornada electoral de octubre y, aunque no hay sorpresas, por lo menos en los resultados presentados para la alcaldía, es evidente que se vienen semanas intensas, especialmente por las denuncias que se han presentado respecto a la financiación de algunas campañas y a la andanada de noticias falsas que se vienen propagando en redes sociales.

Se supo que la Personería de Neiva pidió al Consejo Nacional Electoral tramitar una denuncia por presunta financiación ilícita de dos campañas a la alcaldía de Neiva y, aunque los medios locales no hayan hecho mucho eco de ésta, se dice en algunos sectores políticos de la ciudad que, entre las campañas implicadas, estaría al menos una de las de mayor intención de voto.

A esto se suman las delicadas denuncias que ha venido haciendo el candidato a la Alcaldía de Neiva, Dilberto Trujillo, quien en las últimas semanas ha recibido amenazas que le impiden realizar una campaña en igualdad de condiciones y con graves riesgos para su integridad personal y la de su equipo. Esta situación es preocupante, pues no se sabe hasta el momento quiénes podrían estar detrás de esas amenazas, además del grave daño al proceso electoral, que no pinta para nada democrático.

En los últimos días, el procurador General de la Nación, Fernando Carrillo, ante los hechos de violencia presentados en algunos municipios del país, en los que ya han perdido la vida varios candidatos a alcaldías y corporaciones públicas, ha estimado como posible la suspensión del proceso electoral en dichos territorios, por la grave situación de seguridad y el riesgo que supone en términos de democracia participativa. Sin embargo, parece que no se están teniendo en cuenta las amenazas que vienen denunciando varios candidatos, entre ellos el mencionado candidato a la Alcaldía de Neiva.

Vale la pena preguntarse qué está sucediendo realmente con el proceso electoral en Neiva ¿Cuáles son las campañas que están siendo financiadas por grupos ilegales? ¿Son los mismos que están detrás de las amenazas al candidato Dilberto Trujillo? ¿Quién está asumiendo la investigación de estos hechos? ¿Es cierto que el temido cartel del Sinaloa está haciendo presencia en el departamento y está influyendo en el proceso electoral? ¿Dónde están los organismos de control? ¿Dónde están los medios locales? La gente en la calle se hace preguntas y alguien debería responderlas.

Para nadie es un secreto que el Huila lleva años secuestrado por grupos políticos que actúan como mafias, interesados en mantener el poder económico proveniente de la contratación estatal y Neiva no es la excepción. Estas elecciones se han convertido en una clara puja de estos sectores por mantener el control que sienten amenazado con el surgimiento de opciones mucho más transparentes y, en efecto, sin el dinero suficiente para darles pelea en términos de igualdad. El proceso electoral para la Gobernación del Huila también parece demostrar lo anterior.

La última medición muestra que el candidato con mayor intención de voto, Carlos Ramiro Chávarro, se juega un “cabeza a cabeza” con la segunda opción, liderada por Luis Enrique Dussán y, a medida que esta tendencia es más clara, empieza de manera coincidente a crecer la campaña de noticias falsas en redes sociales, estrategia ya conocida que busca manipular a los votantes a través de discursos que apelan al miedo, a la sensación de inseguridad, sin mayor énfasis en propuestas para lograr metas de desarrollo reales.

Tampoco es un secreto que la candidatura de Carlos Ramiro Chávarro es la verdadera opción del uribismo en el Huila, quienes hace rato empezaron a pedir una adhesión de su candidato oficial a la campaña de éste; además del apoyo de los González Villa, involucrados en todo tipo de escándalos por el manejo de los recursos públicos a través de la contratación estatal; aún cuando en la elección anterior fueron rivales, hoy hacen equipo. Y así el candidato conservador ha ido sumando apoyos cuestionables. Claramente, Chávarro representa la mejor opción para los grupos de poder político y económico que quieren mantener su hegemonía en la región.

Así las cosas, pareciera que el departamento y su capital están virtualmente condenados a seguir en las garras de grupos que sólo buscan seguir desangrando los recursos públicos, sometiendo a la región al atraso en materia de infraestructura, empleo, desarrollo económico y ambiental.

No hay, en las campañas que puntean las encuestas, un planteamiento serio sobre el modelo de ciudad, departamento o región que van a desarrollar en los próximos cuatro años, con el agravante de la amenaza de nuevos períodos de violencia originados en la disputa por mantener a salvo los intereses económicos legales e ilegales de diversos actores.

No pinta bien el panorama electoral en la región, mucho menos el panorama de los siguientes cuatro años ¿Hasta cuándo?

Por: Gina Paola Montealegre Linares
Twitter: @ginachef

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