Mientras las fiestas de mediados de año se toman diversas regiones del país, otras afrontan calamidades.
Los cafeteros milagrosamente logran pasar los puentes festivos, a pesar de la negligencia del gobierno, gracias al aumento de la tasa de cambio que entrega más pesos por dólar de cada libra vendida, sin embargo, sus vecinos los paneleros, que han nutrido el mercado nacional por décadas, pierden la caña y el trabajo como resultado de los precios de ruina que el comercio les reconoce, no están pagando ni el 50% de sus costos de producción.
El aguapanela ha sido por años un complemento nutricional importante en la dieta alimenticia de los colombianos, en especial de los sectores populares de las ciudades y de los habitantes del campo; de acuerdo con estudios científicos se ha establecido que la panela tiene un alto contenido de vitamina C que ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso y aumenta las defensas estimulando la actividad del sistema inmunológico.
Reduce la intensidad de los resfriados y de la gripa. La vitamina B6, contribuye a la formación de glóbulos rojos y a mantener el equilibrio; contiene niacina, que ayuda a combatir los problemas de la circulación y de colesterol. Por su parte, la tiamina contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso y del aparato muscular.
Minerales como el calcio, previenen la osteoporosis y la osteopenia; el fósforo contribuye a la conservación y regeneración de células y tejidos. Al mismo tiempo, su aporte en potasio ayuda a mantener el equilibrio de los líquidos corporales y evita calambres.
Es tal la contribución nutricional al organismo, que nuestros deportistas iniciaron su conquista de las carreteras europeas en bicicleta mordiendo panela.
Como ocurre con la mayoría de los renglones de la producción agropecuaria, su viabilidad dependerá del control a su importación o el de sustitutos que afecten su consumo interno, como ocurre en la cadena dulce con edulcorantes y la entrada de etanol extranjero que reemplaza al que producen nuestros ingenios azucareros, generando excedentes de azúcar que se convierten en panela falsa, la que compite con nuestros paneleros.
La senadora Paloma Valencia afecta al gobierno, presento un proyecto de ley que oculta las principales razones de la crisis y se ocupa en proponer medidas que supuestamente resolverían las ineficiencias del sector; conocidos los compromisos del gobierno con las multinacionales, es obvio que pretende allanar el camino para sus negocios en la cadena de los energéticos azucarados.
La presencia en las vías de los paneleros así tiene plena validez, es la lucha por la supervivencia de su actividad y la seguridad alimentaria de los pobres de Colombia.
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Por: Libardo Gómez Sánchez – libardogomez@gmail.com