De acuerdo a información suministrada por el DANE, el comportamiento de las tasas de desempleo o desocupación del primer semestre del presente año ha sido cambiante. Por ejemplo, en el trimestre noviembre 2018 a enero de 2019, se registró una tasa de desempleo del 11,6 %, de diciembre de 2018 a febrero de 2019 llegó a 12,8 %, registrándose un importante incremento; en los meses comprendidos de enero a marzo de este mismo año registra el DANE un 12,1 % de desocupación y en el lapso de febrero a abril se reportó un 12,5 %.
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística anunció que, en el mes de mayo de este año, la tasa de desempleo fue del 10,5 %, lo cual muestra una disminución con respecto a los meses anteriores, aunque presenta un aumento en relación con el mismo mes del año inmediatamente anterior.
De todas maneras, muy a pesar de estas cifras, yo considero que el desempleo en la ciudad de Neiva puede perfectamente duplicar estos datos, pues la cantidad de personas que buscan desesperadamente un trabajo formal son muchísimas y las oportunidades muy pocas.
Los grandes generadores de empleo, en una ciudad de servicios como Neiva, han venido ajustando sus plantas de personal para funcionar con el mínimo necesario, sin abrir nuevos puestos de trabajo, así lo registran representantes de los sectores económicos que he consultado. Así mismo, la cancelación de empresas legalmente constituidas, en términos de capital, es superior a las que se registran por primera vez.
Se requiere con urgencia, no presentar, ni radicar ante el Concejo Municipal, sino ejecutar y sacar adelante una política pública de empleo decente, que en realidad genere condiciones propicias para que se creen puestos de trabajo y la gente tenga no solamente en qué ocuparse, sino una fuente de ingresos que mejore su calidad de vida.
Según la OIT (Organización Internacional de Trabajo), se define trabajo decente bajo un concepto que busca expresar lo que debería ser, en el mundo globalizado, un buen trabajo o un empleo digno. El trabajo que dignifica y permite el desarrollo de las propias capacidades no es cualquier trabajo; no es decente el trabajo que se realiza sin respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, ni el que no permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación de género o de cualquier otro tipo, ni el que se lleva a cabo sin protección social, ni aquel que excluye el diálogo social.
Juan Somavia, primer director general de la OIT (fundada en 1919) presentó su memoria «Trabajo decente». En ella introduce el mencionado concepto, caracterizado por cuatro objetivos estratégicos: los derechos en el trabajo, las oportunidades de empleo, la protección social y el diálogo social. Cada uno de ellos cumple, además, una función en el logro de metas más amplias como la inclusión social, la erradicación de la pobreza, el fortalecimiento de la democracia, el desarrollo integral y la realización personal.
Es necesario que los actores protagónicos del acontecer económico, académico, político, social y gubernamental, nos unamos para buscar salidas a las dificultades de generación de empleo digno y mejorar de esta manera la calidad de vida de los neivanos. Exploremos un poco más las posibilidades de fortalecer la triada del desarrollo: Universidad, Empresa, Estado. #CambiemosEstaVaina.
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Por: Hugo Fernando Cabrera – hfco72@gmail.com
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