Filvorágine 2025: la palabra como territorio compartido

TSM Noticias
227 Views

Hay ferias que son vitrinas y otras que son encuentros. Filvorágine, la Feria del Libro del Huila, pertenece a la segunda categoría. No es solo un espacio de exhibición, sino una constelación de voces que, al reunirse, hacen visible la fuerza de una región que todavía se escribe y se sueña a sí misma. En 2025, la feria vuelve a recordarnos que el libro es más que un objeto: es un puente entre memorias, identidades y futuros posibles.

La importancia de Filvorágine se mide en la forma en que logra que la palabra circule. No se trata únicamente de acercar autores nacionales e internacionales a los lectores huilenses, sino de darle a los escritores locales un escenario legítimo, digno y necesario. Allí, en los pabellones, no solo se venden libros: se discuten ideas, se tejen alianzas culturales, se despiertan vocaciones lectoras y se cultiva el pensamiento crítico.

El Huila, como tantas regiones de Colombia, ha cargado con la narrativa de la periferia. Filvorágine invierte esa ecuación: desde Neiva, Garzón o Pitalito se puede irradiar literatura hacia el resto del país. La feria muestra que la cultura no es un lujo, sino un derecho y una herramienta de transformación. Cada taller de escritura, cada lectura en voz alta, cada conversatorio con jóvenes lectores es una semilla que germina en silencios que antes fueron páramos de indiferencia.

En este sentido, la feria tiene un papel estratégico en el desarrollo cultural de la región. La educación se fortalece cuando la lectura se vive como experiencia comunitaria; la identidad se enriquece cuando el huilense descubre que en su propio territorio hay poetas, narradores, ensayistas y editores que merecen ser escuchados. Y el tejido social se renueva cuando la ciudadanía entiende que los libros no pertenecen a unos pocos iniciados, sino que están ahí para todos.

Por eso, Filvorágine no puede ser solo un evento en la agenda cultural: debe ser una apropiación ciudadana. No basta con que las instituciones organicen la feria; es imprescindible que los estudiantes, los maestros, los profesionales, los padres de familia y los niños hagan de ella un ritual colectivo. Participar es leer, comprar un libro, apoyar a un autor local, pero también es sentarse en una charla, intervenir en un debate, dejarse conmover por un poema leído en voz alta.

Filvorágine 2025 nos invita a vivir la literatura como acto de resistencia frente al ruido y la prisa. Es un recordatorio de que un pueblo que lee no se entrega a la resignación ni al olvido. Es también una celebración de la diversidad de voces que caben en una misma tierra.

Queda entonces un llamado claro: que la feria no pase desapercibida, que no se quede en titulares fugaces, que sea vivida con la intensidad de una fiesta que nos pertenece a todos. Porque leer juntos es reconocernos, y apropiarnos de Filvorágine es afirmar que el Huila tiene mucho que decirle al país y al mundo.

Por: Adonis Tupac Ramírez Cuéllar
adonistupac@gmail.com
X: @saludempatica

Share This Article
Ir al contenido