“Perder es ganar”; palabras que evocan a la década de los noventa cuando la Selección Colombia dirigida por el técnico Maturana hacían el ruido suficiente para que millones de colombianos le chiflaran por las malas actuaciones del Combinado Patrio en sus salidas al campo de juego, y en las deficientes presentaciones que hacían en los diferentes torneos internacionales en los que participaban como los mundiales de fútbol del 90, 94, 98 y sus respectivas eliminatorias.
Esa famosa frase, desalentaba aún más a los millones de fanáticos que hacíamos fuerza y nos retorcíamos, con la esperanza de que el “Onceno” pudiera siempre hacer una decorosa presentación en cada salida, pero cuando esto no sucedía, irónicamente venía lo peor, escuchar a un director técnico con el mayor cinismo y con la más mínima motivación decir: “Perder es Ganar”.
Si usted se acuerda de esto es porque seguramente lo vivió y, si no, puede acudir a los anaqueles periodísticos donde seguramente contrastará con la verdad de lo que estoy mencionando, así mismo, pregúntese porqué mi apunte sobre esta célebre frase, simple, por cierto.
Pues bien, creo que de la misma forma nos sentimos miles de neivanos hoy, después de la aprobación del Plan de Desarrollo “Mandato Ciudadano Territorio Paz y Vida 2020 – 2023” que tuvo el beneplácito de 18 votos a favor y uno en contra.
Con semejante favorabilidad se podría pensar que, 18 concejales coincidieron en ver y analizar un proyecto estructurado, coherente, dimensionado a la medida de las necesidades de los neivanos, ajustado a las promesas de campaña del Alcalde y estructurado con la actual crisis sanitaria del Covid-19; pero lo sucedido fue totalmente lo contrario cuando vemos que el proyecto, recientemente aprobado, fue sobredimensionado, no se ajustó a las promesas de campaña (Programa de Gobierno “Primero Neiva”) ni mucho menos a la realidad de la Pandemia que afronta nuestro terruño, mejor dicho, Neiva es una isla bonita que no va a recibir los coletazos de la muy conocida crisis, como si las cifras de desempleo –por ejemplo- no indicaran una cruda realidad del 25% de desempleo en la Capital huilense, ubicándose como la primera en todo el País en tener ese escabroso indicador.
Pero como el tema de moda, es la unión, la paz, el buen clima, la sonrisita, el aplauso y el “pupitrazo”, queridos conciudadanos ya no hay nada qué hacer. Neiva pierde una oportunidad única de hacer historia. El Alcalde y su equipo –muy tibios, poco técnicos y algo desubicados- no dieron cuenta de la cantidad de anunciados errores, incoherencias y sobredimensiones que presentaron en el documento, como cuan “bachiller” hace un ensayo a “prueba y error”.
Así las cosas, nos tendremos que ver en cuatro años, para ver si volvemos a repetir la historia o no, porque por ahora, algunos de los cabildantes se escudaron en que la fórmula para sacar adelante el proyecto era simple: se avanzaba de forma mínima, pero se avanzaba, es decir, “Neiva perdió, pero ganó”; por eso me acuerdo de Maturana y su descocada frase.
Adenda: A pesar de las miles de noticias que se han visto sobre la protección, la cuarentena y la posibilidad de que el COVID–19 afecte la humanidad de miles de neivanos y que, de paso, nuestro sistema de salud colapse y no haya capacidad de atención, la semana que termina vimos romerías humanas en la calle como si el tema no fuera serio. ¡Más conciencia, más conciencia!
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Por: Jorge Lozano Mestre – labrajor@gmail.com
Twitter: @JorlozanoMest