Históricamente los jóvenes llevan muchos años “defendiendo causas justas” y «participando de procesos políticos desde abajo”, en algunos casos, en labores operativas de una campaña ajena, pero que ahora, se están despertando y están ávidos de participar. Por lo menos, es la constante que he presenciado en los últimos días, al oír sobre una serie de peticiones, que ellos claman, para que sean escuchadas, respetadas, promovidas y materializadas. Esta situación, sustenta la existencia de los Consejos Municipales de Juventud, que para el próximo 5 de diciembre estarán de elecciones, en donde los jóvenes de todos los partidos políticos o sin partidos que oscilen entre los 14 y 28 años, tendrán la oportunidad de participar, elegir y ser elegidos.
Todo este ejercicio democrático, debe servir como aprendizaje y mensaje para la actual clase dirigente, sobre la forma de interpretar las nuevas realidades, que deben circundar en la sintonía con los intereses de este sector poblacional, pasando de los discursos a los hechos, en donde realmente se propicien escenarios de participación y se aproveche este momento para saldar una vieja deuda pendiente con los jóvenes, que hace poco dieron cátedra de movilización, ante el reciente estallido social que paralizó al país, producto de un descontento generalizado y ante la falta de oportunidades en una población joven, desconsolada ante el reinante desempleo juvenil.
Opino que, los jóvenes tienen mucho más poder del que creen, dada su cosmovisión global, el análisis holístico de las problemáticas y sobre los retos del mañana, ya que, cuando estos se ponen la camiseta y se deciden por participar, son los más fervientes activistas políticos, convirtiéndolos en una marea de opinión pública, que no se puede desconocer. Resta, tan solo, aconsejarlos para que venzan la apatía y la abstención activa, que son los males en la consolidación de sus procesos democráticos.
Pienso, que a los jóvenes no solamente se les tiene que garantizar un espacio para que participen, sino, el de cultivar esos liderazgos, con preparación y generación de oportunidades, porque de ellos emergerán en un corto y mediano plazo, los nombres de los próximos concejales, diputados, congresistas, alcaldes y gobernadores del país. Este escenario ideal, se dará solo si, si se hace un trabajo mancomunado y sincero para proyectarlos como nuestros futuros dirigentes, con una formación filosófica y con los conocimientos administrativos para gobernar, no como simples carga ladrillos de estructuras políticas, que castran a aquellos que desean saltar al ring político, pero que debido a componendas políticas se les trata como rellenos o comodines.
En lo personal, como libre pensador de convicción, apoyo las listas que promueve el Partido Liberal Colombiano. De ahí, que finalizo mi invitación a participar, bajo la siguiente reflexión:
¡Jóvenes, ustedes son la base oxigenante de la democracia!, ustedes tienen un magno poder, no lo dilapiden, muy por el contrario, salgan y escriban una historia diferente.