El 65 % de los niños trabajará en empleos que aún no existen, pero menos del 10 % de los estudiantes colombianos elige formación técnica o tecnológica según informa la ANDI.
Colombia enfrenta una tormenta perfecta, 200.000 vacantes tecnológicas proyectadas, déficit histórico de talento y una educación que avanza mucho más lento que el mercado.
Colombia está entrando en una de las transformaciones laborales más profundas de su historia. Para 2026, las empresas de tecnología, salud, finanzas, construcción y energía necesitarán talento que hoy el país no está formando.
La advertencia no viene solo del sector productivo, la ANDI, la OCDE, el Foro Económico Mundial y la Escuela Superior de Empresa, Ingeniería y Tecnología (ESEIT) de la red internacional Planeta Formación y Universidades, coinciden en que el país enfrenta un déficit estructural de competencias, especialmente en áreas STEM y tecnológicas.
El dato más contundente lo entrega la ANDI en donde el 65 % de los niños que hoy están entrando a primaria trabajará en empleos que aún no existen. Sin embargo, la educación colombiana sigue moviéndose en sentido contrario. Según la OCDE, solo el 10 % de los estudiantes de secundaria se matricula en programas técnicos o vocacionales, muy por debajo del promedio de América Latina (14 %) y lejísimos del promedio OCDE (26 %).
El problema no es solo de elección académica, sino de estructura. Las tasas de finalización universitaria en Colombia son críticas, solo el 16 % termina su carrera a tiempo, 32 % un año después y 44 % dentro de los tres años, cifras muy por debajo de los promedios globales. Esto ocurre mientras la demanda laboral se acelera.
En un mercado laboral que avanza más rápido que la educación, la región ya es, según la ANDI y el FEM, la que presenta mayor escasez de talento en el mundo formal. En Colombia, la situación es aún más compleja, según informan 4 de cada 10 jóvenes no estudian ni trabajan y el 55 % de la fuerza laboral es informal. Además el 58 % de los empleos actuales están en riesgo de automatización según informa Fedesarrollo y aun así, sectores estratégicos no logran llenar sus vacantes.
Mientras tanto, el Foro Económico Mundial proyecta que la transición digital y energética creará 170 millones de nuevos empleos y desplazará 92 millones, dejando 78 millones de empleos netos que requerirán competencias tecnológicas, analíticas y ambientales. En Colombia, esto se traduce en una urgencia inmediata, el Ministerio TIC estima más de 200.000 vacantes tecnológicas en los próximos cinco años.
Carlos Alfonso Orozco docente y experto de ESEIT identifica las profesiones que marcarán la ruta laboral de los próximos años:
1. Ingeniería de Datos e Inteligencia Artificial: La carrera con mayor proyección, analítica, automatización, machine learning y Big Data. Vacantes en auge, científico de datos, analista de IA, arquitecto de Big Data.
2. Ingeniería Informática y Ciberseguridad: EE. UU. proyecta un crecimiento del 15 % en ciencias de la computación para 2031 y Colombia requiere miles de desarrolladores y expertos en seguridad digital.
3. Contaduría Pública: La columna vertebral de todas las empresas, auditoría, tributación y análisis financiero siguen siendo de alta demanda.
4. Administración de Empresas: Versatilidad, liderazgo, adaptación tecnológica, sigue siendo una de las carreras más demandadas por su aplicabilidad transversal.
5. Marketing Digital: Impulsada por e-commerce, redes sociales y social commerce.
6. Estadística: Desarrollando habilidades en modelación estadística, minería de datos, aprendizaje automático y análisis de redes, integrando métodos clásicos con tecnologías emergentes. Además de permitir resolver problemas reales en sectores como negocios, salud, tecnología y ciencias sociales.
7. Energías Renovables y Transición Ambiental: La transición energética exige especialistas en energía solar, eólica y eficiencia ambiental.
8. Profesores y formadores en Tecnología y STEM: El sistema educativo no está preparado para formar el volumen de talento que la economía exige.
El futuro inmediato exige un enfoque radicalmente distinto. Las carreras STEM concentran solo el 24 % de los graduados en Colombia, mientras negocios, administración y derecho representan el 37 % del total.
Esta distribución no corresponde a la demanda global ni a las necesidades emergentes del país. Organismos como la OIT advierten que América Latina enfrenta la mayor escasez de competencias del mundo formal y que la única salida sostenible es articular educación, formación profesional y habilidades blandas a lo largo de toda la vida.
En un país donde las profesiones tecnológicas crecen más rápido que la capacidad de formación, y donde los empleos del futuro avanzan a un ritmo sin precedentes, el mensaje de ESEIT es contundente: “Colombia necesita acelerar la transición hacia carreras pertinentes, prácticas, digitales y estratégicas. El reto no es solo académico, sino productivo, sin el talento adecuado, las empresas no podrán competir y el país no podrá cerrar la brecha con los mercados más avanzados.” Afirma Carlos Alfonso Orozco experto de ESEIT.
El 2026 marcará un punto de quiebre. La economía colombiana demandará profesionales capaces de navegar un mercado en transformación, donde la tecnología, la analítica, la sostenibilidad y la ejecución estratégica definirán quién accede a las oportunidades que ya están emergiendo. Las carreras del futuro ya están aquí, el desafío ahora es formar el talento que pueda ocuparlas.



