La conexión de las amplias zonas rurales, afectadas por el conflicto es un objetivo crucial dentro de la nueva etapa que se abre para Colombia.
Un ambicioso plan para la recuperación de las vías del campo colombiano, llamado “3G Rurales”, fue anunciado recientemente por el Ministro de Transporte, Jorge Eduardo Rojas Giraldo, el cual espera contar con el apoyo y financiación de la banca multilateral.
Para el plan ya se está gestionando un crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo de América Latina – CAF, por cerca de USD$1.300 millones de dólares para los próximos cuatro años, el cual busca recuperar y mejorar cerca del 70% de los 150.000 kilómetros de vías terciarias del país.
Este plan ayudará a que los productores del campo e industriales puedan sacar de manera competitiva sus productos a las ciudades y a los mercados internacionales, dado que las vías terciarias se conectarán con las grandes autopistas que ya están en ejecución.
Nuevas autopistas de Cuarta Generación
En efecto, el Gobierno ya está ejecutando un programa de construcción y modernización de autopistas de Cuarta Generación, que conectará a las ciudades entre sí y con los puertos de exportación y zonas de frontera, con lo que el transporte de contenedores con lso productos de exportación se abaratará.
“Estamos haciendo un despliegue de obras de 4G. Pero ¿cómo llevamos los productos a esas autopistas si de la zona rural no tenemos cómo sacarlos?. Este es uno de los grandes objetivos que debe tener el sector de la infraestructura en el posconflicto”, afirmó el Ministro de Transporte, Jorge Eduardo Rojas.
El Instituto Nacional de Vías fue encargado de realizar estudios que determinen la altitud, pluviosidad y tipo de suelos de las regiones del país y elabore así una matriz que determine el tipo de vía más conveniente para cada zona, con tecnologías innovadoras y optimizando los recursos para poder hacer más kilómetros con la mayor durabilidad posible.
“Cada peso que no se va a destinar a la guerra se puede ir a las vías rurales. Cada peso que tenía que ponerse para los proyectiles de los fusiles, se puede ir a ponerle plata a las cunetas que hay que construir y a las transversales que hay que construir en cada una de las vías rurales de nuestros departamentos y muy especialmente en Antioquia”, indicó.
Oportunidad para desmovilizados
La construcción del más ambicioso plan de infraestructura en la historia del país, la Cuarta Generación de nuevas autopistas, se constituye en una gran oportunidad para vincular laboralmente a los desmovilizados de la guerrilla.
Ellos, a través del Sena, podrán acceder a capacitación profesional en más de 30 oficios en el área de la construcción.
El Presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Luis Andrade dijo que las personas desmovilizadas podrán incorporarse a una fuerza laboral calculada en más de 200.000 personas.
“La buena noticia para el país es que nosotros, desde el inicio, preveíamos que se iba a firmar un acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc y por eso, en los contratos, cuando hicimos las licitaciones, hicimos el requerimiento de trabajar con personas reintegradas”, explicó el presidente de la ANI, entidad adscrita al Ministerio de Transporte.
Antes de que obtengan su primera vinculación laboral, los desmovilizados de las Farc, recibirán una capacitación profesional a través del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), en más de 30 oficios, que ya han sido identificados.
Capacitación en cualquier área
“Los desmovilizados pueden capacitarse en cualquier área. Eso depende del interés y de las capacidades de cada persona. El Sena ya identificó 32 oficios, que son los más comunes en estos trabajos de construcción”, resaltó Andrade.
El presidente de la ANI también explicó que hay potencial, no sólo en la construcción de Autopistas de Cuarta Generación (4G) sino en vías terciarias y secundarias. “Allí se tendrán muchas oportunidades de empleo”, dijo.
Aunque está claro que este avance será una responsabilidad compartida entre el Gobierno, los ciudadanos y los ex combatientes, los empresarios han mostrado su interés de incluir dentro de sus programas de responsabilidad social esta iniciativa.
“Lo mejor que le puede pasar a un constructor o a un concesionario es trabajar en paz”, puntualizó el presidente de la ANI.