“Con fe, confianza y un polvo de Hadas, Ana María Rendón quiere volar en Río 2016″

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Lo tiene estampado en su arco, también en su telescopio y lo escribe donde puede. Es una frase del personaje ficticio Peter Pan, es la consigna con la que se fortalece a diario para seguir en la búsqueda de cumplir sus sueños, es lo que quiere tener en sus terceros Juegos Olímpicos consecutivos, en Río 2016: “Si tienes fe, confianza y un poco de polvo de hadas, puedes volar”.

En Pekín 2008 llegó a la ronda de 16 (octavos de final) en sencillos y perdió en primera fase de equipos. A Londres 2012 asistió sola y fue eliminada en primera ronda, por eso tiene claro que “la tercera será la vencida” y su objetivo es “hacer mi trabajo y vencerme a mí misma”.

Con 30 años  y una carrera laureada, la antioqueña Ana María Rendón competirá en Rio 2016, en sus terceros Olímpicos, con una referencia muy importante, porque llegará a Brasil con Ciclo Olímpico dorado, pues el periodo 2013-2016 le ha permitido subir al primer escalón del podio en todos los eventos del cuatrienio.

“Aunque tuve una lesión muy grave que me pudo sacar de este Ciclo Olímpico, este periodo me ratificó que soy bastante fuerte y que puedo lograr grandes cosas, mientras lo piense y lo siente de corazón”, asegura Ana María, quien en los Juegos Bolivarianos Trujillo 2013 ganó seis oros; en los Juegos Suramericanos Santiago 2014 logró dos oros; en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014 se colgó una medalla dorada, y en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 también subió una vez al lugar más alto del podio para escuchar el Himno Nacional, ese que espera hacer sonar en Río 2016.

“Llevar un Ciclo Olímpico dorado lo representa todo, porque siento que la tercera será la vencida, creo que es una gran responsabilidad con mi país y es un mensaje de esperanza para los colombianos, que si lo piensas, lo sueñas y los sientes de corazón, siempre hay posibilidad de lograrlo, nunca hay nada imposible, unas cosas más difíciles que otras, un camino más largo que otro, pero siempre hay opción de cumplir los sueños”,  dice Ana María.

Un capítulo especial en este Ciclo Olímpico fue en los Juegos Centroamericanos, porque enfrentó de visita a la medallista olímpica de Londres 2012, la mexicana Aida Román, la candidata natural al oro tras ser medallista de plata olímpica, pero Ana María ese día tuvo  fe, confianza y ese poquito de polvo de hadas que necesitó para volar al primer escalón del podio y convencerse de lo que es capaz.

“Es muy importante tener un cupo a Juegos Olímpicos, porque en arquería sólo hay 64 lugares, mientras que en un Mundial es para más de 300 arqueros, ahí está la importancia, también en ratificar que voy por el camino para lograr un objetivo importante”, explica Ana María, quien luego de competir sola en Londres 2012, volverá a tener un equipo para Río 2016.

“La responsabilidad ahora es repartida, ya no es mí responsabilidad en una prueba, sino que hay un equipo en el cual cada una puede aportar una cualidad diferente para que la competencia sea más tranquila y que el proceso evidencia resultados”, dice Ana María, quien compartirá de nuevo con Natalia Sánchez y le da la bienvenida a Carolina Aguirre, quien ocupará el lugar de Maira Sepúlveda, quien integró el equipo durante todo el Ciclo 2013-2016, pero en el selectivo final marginó su sueño olímpico.

“Tristeza por Maira que quedó afuera, cuando había hecho todo este proceso, pero ella está tranquila y va a trabajar para el próximo Ciclo y darle la bienvenida a Carolina, es una deportista que nos ha demostrado que si se lo propone lo logra, por eso estamos felices y lo vamos a dar todo en Rio”, reconoce la antioqueña, quien con el equipo en Rio-2016 sabe que “me quito un peso de encima, aunque hace cuatro años los disfruté mucho, algo falló, pero esas fallas son errores que se transforman en fortalezas”.

Luego de su participación en Londres 2012 y con cuatro años de experiencias, Ana María reconoce que ahora “creo más en mí, vivo el presente y estoy haciendo un trabajo muy duro para lograr mi objetivo, que es vencerme a mí misma, ha sido un trabajo duro de ocho años, en los que existen pensamientos, dudas y autosabotajes, entonces he hecho un trabajo más claro, más fuerte en mi parte mental y mi mayor objetivo sería vencerme a mí misma para tener los resultados que quiero”.

Es por eso que pensando en ese objetivo, Ana María tiene un mensaje claro, sobre el que ha venido trabajando a diario y por eso lo tiene muy presente: “Puede sonar loco, pero si tienes fe, confianza y un poco de polvo de hadas puedes volar”.

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