El segundo al mando de la banda criminal “los Urabeños”, Roberto Vargas Gutiérrez, alias “Gavilán”, murió a mano de las Fuerzas Armadas en una operación estratégicamente planeada.
Fuentes de inteligencia recibieron una información previa de una fuente que aseguraba que alias “Gavilán”, vería el partido de la Selección Colombia ante Venezuela y luego se desplazaría a una cabaña ubicada en Puerto Plata, en zona rural del municipio de Turbo, lugar a donde llegaría en una lancha por la ciénaga de Tumaradó, y donde dormiría esa noche.
Los comandos confirmaron la información y emprendieron el operativo. El capo arribó al sitio vestido de una camisa negra y con una pistola al cinto, pero solo fue hasta confirmar su identidad que los comandos procedieron.
Alias “Gavilán” fue abatido a las 6:30 de la tarde, unos minutos después de acabarse el partido de la Selección. En el lugar hubo fuego cruzado entre las fuerzas especiales y por lo menos 10 escoltas del primer anillo de seguridad que huyeron del lugar. Helicópteros Arpía de la Fuerza Aérea apoyaron asegurando la zona para retirar el cadáver de “Gavilán”
“Hubo un enfrentamiento. El esquema de seguridad de él respondió y obviamente el nuestro también. Normalmente son más de 10 en el esquema cercano, pero en los entornos normalmente tienen más gente que buscan hacer reacción como en esta oportunidad”, afirmó el general José Ángel Mendoza, director de Antinarcóticos.
“Tuvimos hombres apostados en los alrededores de donde él se encontraba esperando un movimiento en falso del objetivo para confirmar que sí se trataba de él. Mandó a comprar algo, creemos que licor o cigarrillos y pudimos confirmar su identidad”, dijo uno de los agentes que hicieron parte del operativo.
Según indicó el general Jorge Luis Vargas quien comanda la operación Agamenón 2, a los informantes se les pagará la recompensa de hasta 500 millones de pesos por dar la información para dar de baja a “Gavilán”, mano derecha de Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, jefe máximo de la organización y quien estaría en Colombia en la mira de las autoridades. Cabe señalar, que por “Otoniel” las autoridades ofrecen una recompensa de hasta cinco millones de dólares.
Este es considerado el más duro golpe a la organización criminal “los Urabeños” al abatir a su segundo cabecilla que tenía 22 órdenes de captura vigentes, por los delitos de homicidio, concierto para delinquir, narcotráfico y desplazamiento forzado.
Alias “Gavilán”, era un criminal difícil de ubicar y las autoridades le siguieron la pista por muchos años. Comenzó siendo guerrillero donde aprendió a esconderse en las selvas y luego perteneció a las Autodefensas Unidas de Colombia, de las cuales se desmovilizó en 2005.
“Gavilán” hacía parte de la línea dura de “los Urabeños”. Además de liderar las operaciones de narcotráfico hacia América Central también dirigía la estructura armada de la organización. Incluso junto a su hermano Efrén Vargas alias “Culo e Toro”, fue quien ordenó el asesinato de policías como respuesta a los golpes contra “los Urabeños”.
Para evadir la persecución de las autoridades montó una red de “Cabañeros”, que delinquían especialmente en la frontera con Panamá. Eran personas que le informaban sobre cualquier movimiento sospechoso en toda la región del Urabá antioqueño.
“Tanto ‘Otoniel’ como ‘Gavilán’ son de la zona del Urabá, conocen la gente, tienen familia y amistades criminales. Presionan al que no es de su línea criminal para avisarles a ellos, les pagan dinero para que les informen de los movimientos de la Fuerza Pública. Por eso es que ya no pueden dormir más de tres horas en un mismo lugar. Gavilán era ya la quinta oportunidad que se escapaba de las autoridades”, relató el egenral José Ángel Mendoza, director de Antinarcóticos.
Según las autoridades, el seguimiento había comenzado a mediados de agosto, cuando por medio de triangulaciones y sistemas satelitales, fue ubicado en un sitio conocido como la 40, entre Chocó y Antioquia.
El cerco sobre el segundo mando del Clan del Golfo comenzó a cerrarse hace poco menos de un año, cuando hombres de inteligencia de la Policía se infiltraron entre una de sus estructuras y, gracias a su trabajo, le fueron incautadas nueve toneladas de drogas que tenía en una caleta escondida bajo un piso de tierra en un casa humilde en Turbo, Antioquia.
A “Gavilán” también se le consideraba como uno de los capos más excéntricos de “los Urabeños”. “Se caracterizaba por comportamientos sexuales con niñas entre los 14 y 17 años, a quienes ordenaba tatuarse con su imagen; pagaba entre 10 y 15 millones de pesos por niña virgen, y adecuaba viviendas en plena manigua con excelsos productos importados, como whisky, pescado, caviar y quesos”, indicó la Policía.
El general Mendoza agregó que estas personas como Efrén Vargas alias “Culo e Toro”, hermano de Vargas Gutiérrez, Jeimar Norbey Díaz Tangarífe alias “Cheymar” (jefe de finanzas del Clan del Golfo) y el mismo “Gavilán” tienen unos comportamientos en particular que les permite a las autoridades actuar.
“Este personaje ordenaba a los campesinos a que le prepararan cabañas en el Urabá, que tenían plantas eléctrica, nevera, entre otras cosas. Hacía subir whisky 18 años, caviar, quesos. Era un hombre de muchas excentricidades y bacanales, abusando de menores de edad”, afirmó Mendoza.
—
Por: www.elcolombiano.com