Cuando creíamos que las cifras de contagios y fallecimientos provocados por el Covid estaban decreciendo, la sociedad colombiana empezó a generar unos niveles de escepticismo por los anuncios de las autoridades sanitarias, que estamos ad-portas del inicio del cuarto pico de la pandemia, producto del incremento de casos confirmados y muertes por este mortal virus. Muchas de las fatalidades son personas no vacunadas, mientras que otro gran porcentaje son de mayores o gente con comorbilidades. Y para completar este panorama incierto, es que existe una proporción alta en la población mundial que se resiste a la aplicación de la vacuna contra este virus mortal, obligando a los gobiernos de algunos países, donde se ha vuelto a presentar la cuarta ola de contagios de este virus mortal a implementar medidas severas.
Hemos venido avanzando significativamente en el proceso masivo de vacunación para contrarrestar el avance de este mortal virus. Debemos respaldar las acciones gubernamentales tendientes a focalizar para que la población no vacunada acuda a los centros a cumplir con este compromiso sagrado para contribuir con el bienestar de las familias. Por tal motivo, el gobierno nacional se vio abocado a extremar dichas medidas para contrarrestar el avance de este letal virus entre la población. Estableció una medida severa, que el carné de vacunación contra el covid-19 será obligatorio para acceder a ciertos lugares públicos. Así, la reapertura económica llegará a los eventos masivos y a lugares de aglomeración pública y entretenimiento, de la mano del carné de vacunación obligatorio.
En menos de un mes será Navidad y el país económico y social se encontrará en medio de celebraciones, fiestas, compras y tumultos, un caldo de cultivo propicio o ideal para que el virus del Covid vuelva a sus andadas y someta a los pueblos y ciudades en nuevas cuarentenas, cierres de comercios, horarios escalonados. El próximo marzo el mundo va a ajustar 24 meses de una dura pandemia globalizada que ha dejado millones de muertos, quizá la misma cantidad de desempleados y otros tantos de millones de personas sumidas en la pobreza.
La pandemia no se ha acabado, el virus sigue allí en cualquier superficie insospechada, agazapado en silencio para adherirse a las personas expuestas, sin tapabocas o que no se aplican geles y alcoholes que ayudan indiscutiblemente a mantener el virus a distancia. Además, el riesgo es superior con las personas que faltan vacunarse. No hay que confiarse, si se revisa la información proferida por el Ministerio de Salud, se descubre que hay nuevos focos en algunas regiones, que afectan por estos días a sus habitantes: Se ha registrado en los últimos días un promedio de 50 fallecimientos en cada jornada y más de 2.000 contagios diarios, cifras que superan las cifras que no se veían hasta hace unas semanas.
El día anterior, el gobierno nacional tomó la decisión de exigir a las personas mayores de 18 años a partir del 1 de diciembre y para los menores de edad mayores de 12 años a partir del 15 de diciembre, el carné de vacunación Covid, para entrar a eventos públicos y privados, y lugares de ocio, que evidencie la aplicación del esquema completo. El llamado es a intensificar la vacunación, para evitar posibilidad de un cuarto pico. Hasta el miércoles 17 de noviembre, corte del último reporte nacional de vacunas, se conoció que ya se han aplicado más de 52,75 millones de dosis, de èstas, 28,80 millones son primera dosis. Sumando las segundas vacunas y de la que es monodosis, ya hay 23,26 millones de personas con esquema completo. Debemos acatar sin restricciones, estas medidas que nos pueden salvar la vida.