Mucho se habla de proteger y preservar el medio ambiente, pero poco se hace. Especialmente al proteger uno de los tesoros más grandes del Huila, el río Magdalena. ¿Se imaginan cuántos desechos arrojamos al ‘Magolo’ al año?, cuánta mierda y desechos industriales y químicos destruyen el ecosistema afectando flora y fauna? y aun así dormimos tranquilos.
Por ejemplo, son cuatro puntos donde el acueducto de Neiva vierte las 24 horas del día aguas servidas o aguas negras. Se estima que más de 1.800 litros por segundo caen al río más importante del país, y no pasa nada.
Aunque no es sólo la capital del Huila, la tarea la tienen otros 17 municipios que están obligados igualmente a hacer esta inversión para preservar el recurso hídrico del Departamento.
Ni un fallo del Tribunal Administrativo de Huila hace 20 años, ratificado por el Consejo de Estado, que ordena la construcción de la planta de tratamiento para Neiva, ha logrado hacer realidad el proyecto ambiental.
Ni tampoco ha valido que durante este tiempo alcaldes y gobernadores, se hayan comprometido en tiempo de campaña, a priorizar y construir dicha obra, pero hasta el momento solo promesas incumplidas.
Se esperaba que la ex concejal de Neiva, ahora congresista, Leyla Rincón, conocida por sus luchas ambientales, ejerciera un papel más protagónico frente al proceso y gestión del proyecto, lo digo, obviamente por hacer parte de la bancada de gobierno del presidente Gustavo Petro.
No obstante, los demás representantes y senadores del Huila han brillado por su ausencia. Seguro están esperando el próximo año ponerlo en agenda de campaña. “Gestionaremos recursos para hacer realidad la Planta de tratamiento para Neiva, cuenten con eso jefecitos”.
Los responsables de construir la obra son: Gobernación, Empresas Públicas de Neiva, Alcaldía, Corporación Autónoma del Alto Magdalena, y Cormagdalena. Hoy después de más de dos décadas, de inversiones millonarias en compra de lotes, estudios y diseños, estudios de impacto y manejo ambiental y hasta estudios arqueológicos, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales no ha dado el visto bueno, que es el punto de partida del proyecto. Es decir, no hay nada.
Según el último dato serían 553 mil millones de pesos los que se necesitan para la planta. La obra fue presupuestada en sus inicios en 215 mil millones, ahora con este valor y con la escasez económica que tiene el Municipio, en gran medida gracias al nefasto gobierno del ex alcalde Gorky Muñoz Calderón, caracterizado por escándalos de corrupción y malos manejos administrativos, de dónde saldrá el dinero, al menos para cofinanciar?
Lo cierto es que sin unión de voluntades pasarán otros 20 años sin ver la obra. Debe ser un propósito de todos los estamentos y fuerzas vivas no solo de Neiva, sino del Departamento y del país, desentrabar y echar para adelante el proyecto.
De lo contrario, seguiremos cagándonos en esta fuente hídrica que abastece al 50 por ciento de la población de país en agua potable, irrigación para agricultura, generación de energía, pesca, navegación, entre otros. Por eso el reto es grande y habrá que pasar del discurso a las acciones. Ya fueron suficientes 4 lustros.
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Por: Fabio Gutiérrez Lozada – Faguti
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