¿Tus compañeros te hacían sentir mal por algunas calificaciones en la escuela o porque a veces eras incapaz de resolver un problema matemático? ¿Se animaron a matonearte y decirte que nunca llegarías a nada? Todo esto ha causado estragos en la autoestima de muchos.
Si alguna vez has experimentado la sensación de no encajar en el molde de lo que se considera «inteligente», llegó el momento de desnudar al concepto arcaico y resignificar creencias más productivas. Encendamos esta revolución silenciosa y esta rebelión latente de reivindicar más la esencia y las acciones concretas que lo que está oculto dentro del cerebro.
La subestimación ignorada y desatendida con sus devastadoras consecuencias sobre la salud mental también exigen nuestra atención. En la última década, más de 2 mil niños, niñas y adolescentes entre los 5 y los 17 años han muerto por suicidio, según datos de Medicina Legal recopilados por América Futura. Cifra inaceptable e indigerible.
Esto equivale a casi seis menores cada semana. Además, se estima que entre el 50% y el 70% de los estudiantes en América Latina y el Caribe han sido víctimas de acoso de algún tipo. Estudios indican que los adolescentes que sufren bullying tienen un riesgo significativamente mayor de intentar suicidarse en comparación con quienes no lo han padecido.
Hay quienes se creen inteligentes (y actúan tan convencidos) que avanzan por la vida aparentando serlo y engañando, casi siempre sin grandes resultados o perjudicando al entorno. Otros, a quienes les han impuesto el disfraz de tontos, y en la vida diaria sorprenden demostrando que en muchos casos son “inteligentemente tímidos” y no evidencian su capacidad a cualquiera y, en cada oportunidad que se necesita, aportan genialidad contra toda subestimación. Y ahí están muchos de los “inteligentes sociales” con vidas disfuncionales y tóxicas. ¿Se te vinieron inmediatamente ejemplos a la cabeza? ¿Muchos sí? A mí también.
La inteligencia es un concepto al que debemos exigirle evolución, mucho más amplio y diverso del conformismo intelectualoide. Debemos considerarla como una amplia gama de habilidades y talentos que nos convierten en únicos e irrepetibles y con capacidades originales si nos permiten ser valorados y encajar aportando al universo. A lo largo de los años, diversas teorías han surgido para desafiar esta visión limitada y ampliar nuestra comprensión de lo que significa “ser inteligente”.
El psicólogo Howard Gardner dio un gran paso con su visión revolucionaria al proponer su teoría de las 8 inteligencias múltiples. Reconoció que cada individuo posee un perfil único de habilidades y talentos. Según este profesor de la Universidad de Harvard, todas las personas cuentan con distintas potencialidades, pero no se nace “siendo inteligente”, sino que se forma gracias a la estimulación, el contexto que rodea a cada persona, cultura, tipo de educación, así como el grado de motivación que tenga la persona. ¡Seamos motivadores antes de señalar defectos!
Es hora de dedicarle tiempo y explorar las diferentes facetas de la inteligencia y cuestionar de una buena vez y definitivamente, los mitos que han rodeado este concepto durante siglos: la creatividad, la capacidad de adaptación, la inteligencia emocional, la empatía y el pensamiento crítico son solo algunos ejemplos de las múltiples formas en que se manifiesta la inteligencia. La misma no se limita a la capacidad de memorizar datos.
Entonces, ¿te considerás inteligente solo por los libros que leíste y los números que sabes repetir? Te invito a reflexionar. La excelencia académica, a menudo considerada como el pináculo de la pseudo-inteligencia, puede ser contradictoria con los valores humanos y la convivencia pacífica que hoy el mundo está necesitando más que nunca. La capacidad de comprender, gestionar y expresar nuestras emociones, así como las de los demás, nos permite construir relaciones sólidas, navegar por situaciones complejas y tomar decisiones acertadas.
Es el momento de romper con los moldes tradicionalistas y desmitificar lo impuesto en este sentido. Te invito a redefinir lo que significa “ser inteligente” en tu vida. Despertemos al gigante que llevamos dentro y rompamos los moldes valorando el verdadero potencial de cada uno. Bienvenidos los nuevos paradigmas con mente más amplia.
¿Quieren medir tu inteligencia? Dedícate a disfrutar la vida y esfuérzate para ser bueno en lo que te apasiona. Algunas culturas enfatizan la importancia del conocimiento académico, mientras que otras valoran más la inteligencia práctica o la capacidad de resolver problemas cotidianos.
Confieso que simpatizo más con la segunda opción. Es por todo esto que quiero finalizar con una reflexión que puede sonar redundante pero que tengo en mi mente: ¿Con tanta nueva definición sobre qué es “ser inteligente”, los inteligentes sociales, son verdaderamente inteligentes?
—
Por: Caly Monteverdi
Twitter @Calytoxxx