La alegría del San Pedro fue reemplazada por la pasión desenfrenada de la Copa América.
La misma logró que la ciudadanía diera vuelta la página rápido. Recordemos que antes de las fiestas sampedreras había miedo y a la vez expectativas de superar esos recuerdos del pasado que parecían estar volviendo. Semanas previas el terrorismo había intentado ser protagonista.
La principal noticia es que se vivieron fiestas en paz y sin muertes, atentados ni explosiones delincuenciales. Gran logro. Me animo a decir que fueron de las más seguras que viví a pesar de los robos cosquilleables. Entiendo que me pueden decir que las extorsiones y explosiones no se detuvieron y que esta semana hubo dos, pero déjenme decirles que solo estoy analizando las fiestas.
Neiva necesita de todos para evolucionar, no solo de Casagua, Villalba y de sus secretarios. Hace 58 años Clint Eastwood pasó a la inmortalidad con su película “El bueno, el malo y el feo” y desde ahí esta expresión del título o similares, las vienen usando para analizar como en este caso, el recientemente finalizado 63° Festival del Bambuco en el que hubo de todo y prevalecieron las cosas buenas.
Nos hemos acostumbrado a marcar siempre lo malo y lo feo sin empatía de lo que creemos que hacen mal y pocas veces nos detenemos a analizar los buenos progresos. ¿Qué hay infinitos detalles por mejorar? Claro que sí, siempre, pero es necesario realizar lo antes posible, una verdadera autocrítica constructiva. Estas festividades pasarán a la historia como las primeras, después de mucho tiempo, donde se mostraron avances significativos que marcan tendencia hacia el futuro.
Es momento de hacer una ovación tipo ola a la administración municipal de Neiva que como anfitriona cumplió con varias desafiantes promesas que se propuso, a pesar de la constante falta de pertenencia de muchos, que actúan como enemigos de la Ciudad. Qué bien se siente cuando se ve un intento de unión y armonía entre Neiva junto con la gobernación y CorpoSanpedro (lo más mejorable de todo y que en próximos años tendrá la oportunidad de reivindicarse).
A los gobiernos de Neiva y del departamento le quedan 3 oportunidades para seguir mejorando a partir del segundo año, en donde realmente por el sistema democrático colombiano, es donde pueden preparar mejor presupuesto y cuentas para el evento que debería ser el más importante que mueva la economía opita. ¡Y claro que debería ser mucho más trascendente!
Hablando de progresar, la puntualidad y los esfuerzos por el orden fueron para resaltar también. ¿Acaso los goles de la selección y el buen desempeño ya les hicieron olvidar la impuntualidad de otros años? Cuando no se cumple con la programación, complica y enoja mucho a los turistas. Por otra parte, un dato: “los rolos no saben bailar” escuché siempre y muchos comediantes lo repiten como parte de la idiosincrasia humorística colombiana.
Sorprende que los tiempos hayan cambiado tanto y la niña de Bogotá fue galardonada como la nueva soberana nacional del bambuco. Y es bueno recordar también, confirmando la tendencia, que en el 50° Festival Folclórico Colombiano en Ibagué ganó, entre las 18 candidatas, la embajadora cultural de Cundinamarca.
Yo eso no me lo esperaba, pero, así como dicen que los opitas son perezosos, uno siempre debe tener la posibilidad de demostrar una evolución, ¿o no? Eso es lo que todos debemos intentar como meta para próximas ediciones de la mayor fiesta que debería potenciar a todo el mercado local.
Ofrezco colaboración para que, desde ya, ahora mismo, comiencen los preparativos en serio para la versión 64°. Los detalles a ajustar están recientes. Mucho por analizar y sumarle originalidad y creatividad.
Afortunadamente, hay mucho también por celebrar. Estamos a tiempo de realizar una reingeniería para que el visitante y el turista gocen de innovación, manteniendo las raíces folclóricas y culturales de la creciente ciudad de Neiva.
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Por: Caly Monteverdi
Twitter @Calytoxxx


