La invasión rusa a Ucrania está han generado un panorama preocupante por el incremento del precio internacional del crudo, que, en día anterior, se ubicaron alrededor de los 105 dólares el barril. Estas cifras son halagadoras para las finanzas públicas nacionales, porque cada dólar que se incrementa en $500 mil millones. Pero para la economía colombiana, es fatal.
El precio del galón de los combustibles está indexado al precio internacional de éste, por lo tanto, se seguirán aumentando el valor del galón mensualmente, por ende, provocando una oleada alcista de la canasta familiar y de la producción de bienes y servicios a nivel interno. La sociedad colombiana, está pendiente del significativo incremento que tendrán los combustibles en nuestro país, por parte del gobierno nacional durante la presente semana.
No hay que engañarnos, la dinámica productiva del país, mientras persista este fenómeno económico, durante los próximos meses, no cambiará su vocación exportadora, y café más petróleo seguirán siendo los primeros productos de exportación al menos por una década más, así el candidato presidencial de la Colombia Humana afirme de manera injustificada, que, si llega a ser presidente de Colombia, suspenderá de tajo la extracción de este recurso de origen fósil.
Es cierto que el mundo energético camina hacia una reconversión del uso de hidrocarburos y demás fósiles para enfocarse en combustibles mucho más limpios, renovables y amigables con las comunidades y el ambiente, pero en países emergentes las cosas van a paso de tortuga por carencia de recursos para implementar o financiar la transición energética y no se pueden sacrificar riquezas minerales actuales que están condenadas a desaparecer en pocas décadas.
La economía colombiana no puede cortar de tajo, ni desconocer de la noche a la mañana, el aporte de la industria petrolera. Para empezar representa 2,1% del Producto Interno Bruto; alcanza 12% de ingresos corrientes de la Nación; es la tercera parte de las exportaciones, 32% de las ventas al exterior; tres de cada US$10 que entran como divisas provienen de la venta de crudo; más de $17 billones le aporta el petróleo a las regalías; siete de los 10 grandes contribuyentes son del sector petrolero, y lo que no es menor, unos US$4.500 millones se mueven anualmente en inversiones en exploración, producción y comercialización de hidrocarburos.
La invasión rusa a Ucrania se sentirá en los mercados en el corto plazo, vía precio de los comodities, pero no deja de ser una suerte de “jinete del Apocalipsis”, ante la pandemia del Covid, que todavía no termina y que golpea la confianza de recuperación y de dinámica global que se esperaba de vuelta a la normalidad prepandemia.
Si bien la situación de tensión en la frontera oriental de Europa pareciese lejana, la globalización, la dependencia del petróleo y las importaciones, pasarán la cuenta de cobro a la tranquilidad que se estaba vislumbrando al comienzo del año. Pero funesto para la sociedad colombiana, dada la escalada alcista de los precios de bienes y servicios.