Cuando uno piensa que ya nada lo puede sorprender en Colombia, se confirmó que el Gobierno Colombiano del entonces presidente Iván Duque, sí adquirió el software Pegasus, el spyware capaz de espiar todo lo que hablemos, digamos, escribamos, busquemos o realicemos en nuestros dispositivos móviles, solo utilizando el número celular.
Hace unas semanas cuando el presidente Gustavo Petro lanzó la afirmación, la extrema derecha tembló por el tamaño de la acusación. Sin embargo, con el paso de los días, no apareció una prueba contundente que demostrara que el software realmente existía o que la operación financiera, por 11 millones de dólares, unos 46.000 millones de pesos, se había realizado. Eso llevó a que varios congresistas y medios de comunicación, salieran a decir que el presidente Petro se había equivocado y que el tal Pegasus no existía.
No obstante, el periodista Gur Megiddo, uno de los primeros en denunciar este caso, dijo el pasado 10 de septiembre de 2024, que la transacción sí se realizó, y fue por 13 millones de dólares, los cuales se pagaron en efectivo y fueron transportados en aviones. Ahora es la propia empresa israelí NSO Group, dueña de los derechos de este software, que sólo es vendido a Gobiernos del mundo, es decir, un particular no lo puede adquirir; la que confirmó a La FM, que la operación financiera sí se realizó con el gobierno colombiano, es decir, sí se pagó por la compra de este programa de espionaje.
Esto cambia totalmente el panorama, pues ahora que se confirma que la negociación sí se realizó, surgen muchas más incógnitas que se deben empezar a resolver, pues esta es apenas la punta del iceberg, del mayor escándalo de lavado de activos, espionaje, y peculado, que haya existido en Colombia, después del Proceso 8.000 de Samper, y las Chuzadas del DAS de Uribe.
¿Si realmente existió dicha adquisición, por qué no aparece esta compra en el Sistema Electrónico de Contratación Pública (SECOP)? ¿Por qué no existe rastro de ninguna entidad del Estado, ni agencia de seguridad, ni del Ministerio de Defensa, ni de la Policía, de la salida de dichos recursos? ¿Por qué no hay rastro de este software? ¿Con qué recursos entonces se compró Pegasus? ¿Y cómo es que ciudadanos israelíes, llegan al país y retiran esta millonaria cantidad de dólares y no son reportados? Son todas estas preguntas que deben empezar a ser resueltas por quienes deben responder por este escándalo, desde el ex presidente Iván Duque hacia abajo, con toda la línea de mando militar junta.
Sin embargo, a pesar de que aún hay muchas dudas, ya hay muchos indicios en este proceso. La compra según se ha conocido, se realizó en el año 2021, cuando Iván Duque era presidente. según reveló el propio presidente Gustavo Petro el 4 de septiembre pasado, la operación financiera se realizó de manera clandestina, el 26 de junio y el 18 de septiembre de 2021, a través de dos operaciones aéreas, en las que pilotos israelíes, llegaron al país para transportar los 11 millones de dólares en dos viajes de 5,5 millones de dólares cada uno.
Según se ha conocido, el primer vuelo se realizó utilizando un bombardier Challenger M-ABGG, avión que puede volar sin escalas a cualquier continente. La aeronave salió de Tel Aviv el 25 de junio de 2021, a las 12:32 a.m., y aterrizó luego de dos escalas, a las 8:30 p. m. en Bogotá. Aquí permaneció por cerca de un día, cuando regresó a Tel Aviv el 26 de junio de 2021, con una parada en Santo Domingo.
Tres días después de este vuelo, una transacción por 5,5 millones de dólares fue reportada por el Banco de Israel, en la cuenta de NSO Group. Allí se habría configurado la adquisición formal. Dos meses después una segunda aeronave, esta vez un jet privado T7CPX, que es usado por el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu para misiones secretas, llegó a Bogotá el 18 de septiembre, después de una escala en Santo Domingo, y luego de 30 horas en El Dorado, regresó a Tel Aviv. Allí se habrían transportado los otros 5,5 millones de dólares con los que se cerró esta operación financiera.
Es decir, ya se sabe que pago hubo, y que la plata sí ingresó a Israél. Lo que no sabe ese país, es la procedencia de estos recursos. El presidente Gustavo Petro señala que una parte habría salido de recursos incautados del narcotráfico, que nunca fueron reportados por las autoridades, es decir, lavado de activos. Otras voces señalan que la otra parte habría sido producto de una ‘vaca’ que habrían hecho varios empresarios con intereses en la política colombiana.
Lo cierto, es que dinero del Estado no fue, que no hubo contratación en cumplimiento de los requisitos legales, que la operación fue clandestina, y que no hay evidencia alguna que vincule a una entidad del Estado con esta compra, lo que hace suponer, que Israel sabía que esta operación debía realizarse ‘bajo cuerda’.
¿Y si Pegasus fue comprado en 2021, para qué fue usado, quién lo usó, a quiénes espiaron y cuál era el objetivo principal de esta operación de espionaje? Esas son las principales dudas de este escándalo. Se conoce por antecedentes, que Pegasus ha sido utilizado por gobiernos de otros países que lo han adquirido, para espiar a periodistas, defensores de derechos humanos y líderes de oposición, tal y como ha ocurrido en Arabia Saudita y Marruecos, donde este software ha sido utilizado.
El spyware funciona como un virus, que una vez se aloja en el dispositivo móvil, puede acceder a todo tipo de información, incluso estando en modo avión. Se cree que hubo una lista de personas a nivel nacional, que fue objeto de este espionaje, y que Pegasus jugó un papel importante en la campaña presidencial, al servicio de candidatos de la derecha. No obstante, esta información aún no es confirmada. Aún hay mucha tela por cortar, incluso saber qué información tenía Yariv Bokor, un ingeniero de sistemas israelí, residente en Medellín, encontrado sin vida en su apartamento en El Poblado, el 13 de septiembre de 2024.
Según se ha conocido, Bokor trabajaba para Sandvine, una empresa denunciada por espionaje a través de malware o virus para espionaje, en al menos 16 países, entre ellos Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Rusia, Tailandia, Turquía, Argelia, entre otros. Lo curioso es que esta empresa tiene como socia a Francisco Partners LLC, empresa que es además socia de NSO, la desarrolladora de Pegasus, por lo que se cree que el crimen de Bokor, está relacionado con la investigación de este software en Colombia. Incluso se ha conocido, que hubo manipulación en los dispositivos electrónicos encontrados en el apartamento de Bokor, quien además fue encontrado muerto dos días después de su deceso, por lo que se presume, que se pudo haber borrado información importante allí.
El panorama de este caso está abierto, y ahora le corresponde a la Fiscalía seguir investigando por el paradero de este software, las personas que están implicadas en este escándalo y, sobre todo, saber qué información se obtuvo o si aún está operando clandestinamente este spyware.
La Ñapa
La torpeza de la derecha en su afán indiscriminado por desprestigiar el gobierno de Gustavo Petro, los ha llevado a aumentar su nivel de popularidad. Para nadie es un secreto que, si hoy está en el poder el dirigente progresista, es por los malos resultados de su antecesor y una mala estrategia política.
Ahora, con este escándalo que sacude a la derecha, la investigación del CNE, que Petro ha vendido como una persecución en su contra, y la realización del COP16, ha llevado a Petro a repuntar en las encuestas, envuelto en un teflón, al mejor estilo de Uribe en sus épocas, que hace presagiar a dos años de 2026, que la izquierda jugará papel importante en las próximas elecciones.
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Por: Andrés Felipe González Díaz
Comunicador Social y Periodista
Especialista en Comunicación Digital
Asesor en Comunicación Política