Los resultados parciales (97%) de los escrutinios para el Senado refleja necesariamente que no todo está definido para elegir el próximo presidente de Colombia. La representación de esta alta Corporación, de la Derecha y el Centro, representan un 63,4% frente al resto que eventualmente corresponden a la izquierda.
Además, con la información definitiva (100%) obtenida de los resultados de las consultas interpartidistas, una vez escrutados las mesas instaladas en el país y en el exterior, se obtuvo el siguiente resultado: Coalición Equipo Por Colombia, obtuvo una votación de 4.145.691, de los cuales presentaron votos no marcados 76.737 y votos nulos 76.312; el ganador fue Fico Gutiérrez.
La Coalición Pacto Histórico, obtuvo una votación de 5.818.375, de los cuales, presentaron votos no marcados 122.479 y votos nulos 111.138; el ganador fue Gustavo Petro. Coalición Centro Esperanza, obtuvo una votación de 2.287.603, de los cuales 62.978 correspondieron a los votos no marcados y 65.160 a votos nulos. El ganador fue Sergio Fajardo.
Así, sumadas las dos votaciones obtenidas por las coaliciones Equipo por Colombia y Centro Esperanza superan en 614.919 votos a la coalición del Pacto Histórico. Podemos inferir que la primera vuelta va a ser muy reñida para determinar los candidatos presidenciales que irán a la segunda vuelta. Además, no se cuenta con la eventual votación que sacaría el exalcalde Rodolfo Hernández y los demás que se encuentran inscritos en la Registraduría Nacional del Estado Civil. Esto todavía no se encuentra definido para ningún candidato.
De acuerdo con lo expresado por el Registrador Nacional del Estado Alexander Vega, los escrutinios de la Cámara se entregarán la próxima semana. Lo que, si es claro, es que Colombia es un país de poderes independientes, pero dependientes los unos de los otros. El Ejecutivo no puede avanzar en el desarrollo, ni ejecución de su plan de gobierno, si el Legislativo no lo respalda impulsando las iniciativas de origen gubernamental.
El Congreso elegido en las elecciones del anterior domingo no puede ser inferior, no solo al plan que trace el nuevo presidente, sino a las reformas que necesita el país. En otras palabras, el debate político no puede rondar en torno a las simples elecciones y a los nombramientos en cargos a los mismos personajes de siempre; se deben evaluar sus iniciativas políticas y económicas.
Este congreso elegido, deberá ocuparse a partir del próximo 20 de julio, para proponer iniciativas de cambios estructurales; los partidos deben liderar temas estructurales para mejorar las infraestructura con el fin de ser más competitivos, garantizar una mejor educación para los colombianos del futuro, poner al servicio una mejor salud pública, diseñar un sistema nacional de riego para la agroindustria, reformar el sistema de pensiones para que las finanzas públicas descansen de su presión fiscal, modernizar el sistema de pagos del sector financiero, medidas de fondo para contrarrestar el abultado déficit fiscal de la Nación, diseñar una política de seguridad alimentaria que le ponga oficio al campo, armar una nueva oferta exportable, atraer o seducir inversionistas locales y extranjeros y garantizarles seguridad jurídica, mejorar la conectividad, desarrollar la infraestructura tecnológica, lograr una menor dependencia del petróleo o refinanciar la deuda, entre otros temas tendientes a mejorar el bienestar general de toda la sociedad colombiana.