Con mucha preocupación leí en la edición de ayer del diario el reportaje que denuncia el maltrato señalado por algunos estudiantes del programa de Medicina de la Universidad Surcolombiana.
Esto no puede quedar simplemente como una denuncia, sino que debe convertirse en una invitación al diálogo entre estudiantes, profesores y directivos para abordar los problemas presentados. Es necesario realizar una autoevaluación, identificar las causas de estas denuncias y buscar soluciones viables.
Una gran falencia que persiste es la ausencia de formación pedagógica en los docentes de la Facultad de Ciencias de la Salud. Ninguna administración ha mostrado interés en este tema, a pesar que hace más de 10 años se presentaron propuestas para la creación de un departamento de educación médica. Estas iniciativas fueron ignoradas y tratadas como propuestas de tercera categoría. Hoy, lamentablemente, vemos las consecuencias de esa falta de visión.
La formación médica en Colombia enfrenta desafíos significativos, especialmente en relación con las deficiencias pedagógicas y la falta de enfoque humanístico en la enseñanza. Estos problemas impactan la calidad de los profesionales de la salud y, por ende, la atención brindada a la población.
La educación médica tradicional en Colombia ha seguido modelos rígidos y prolongados, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre su eficacia y pertinencia en el contexto actual. González y Luna (2019) señalan que la excesiva duración y rigidez de los programas son deficiencias notables en la formación médica. Además, la falta de actualización en las metodologías de enseñanza limita la capacidad de los futuros médicos para adaptarse a los avances científicos y tecnológicos.
La Comisión para la Transformación de la Educación Médica en Colombia ha identificado la necesidad de reformas que incluyan la implementación de currículos basados en competencias y en sistemas educativos y de salud . Sin embargo, la adopción de estas reformas ha sido lenta, y muchas instituciones aún no han integrado plenamente estas metodologías innovadoras.
El humanismo en la medicina es esencial para garantizar una atención centrada en el paciente, reconociendo su dignidad y necesidades individuales. No obstante, en Colombia, la formación médica ha tendido a priorizar aspectos técnicos y científicos, relegando la enseñanza de las humanidades médicas. Esto ha llevado a una deshumanización en la práctica médica, donde la empatía y la compasión pueden quedar en segundo plano.
Un estudio sobre el humanismo en el currículo médico destaca la importancia de integrar estas perspectivas para formar profesionales más completos y sensibles a las realidades sociales y culturales de sus pacientes. Sin embargo, la implementación de estos enfoques sigue siendo limitada en muchas facultades de medicina del país.
Las deficiencias pedagógicas y la falta de humanismo en la formación médica tienen consecuencias directas en la calidad de la atención sanitaria. Profesionales formados bajo estos esquemas pueden carecer de habilidades críticas para la resolución de problemas, el trabajo en equipo y la comunicación efectiva con los pacientes. Además, la falta de empatía puede generar desconfianza y disminuir la satisfacción de los pacientes con los servicios de salud.
La Academia Nacional de Medicina ha expresado preocupación por la crisis en la calidad de la formación médica, señalando que las reformas y el aumento descontrolado de programas han disminuido la calidad educativa. Esta situación se refleja en la prestación de servicios de salud, donde se evidencian deficiencias que afectan directamente a la población.
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Por: Adonis Tupac Ramírez Cuéllar – adonistupac@gmail.com
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