Te invito a releer el título. ¿Ya? ¿Descubriste esa palabra extraña? Epi… ¿qué? Noto por tu expresión que aún no has oído hablar de los Epifenómenos: son señales que salen de los sistemas donde todo está vinculado con todo, pero tranquilo, no se trata de fenómenos «Epi» que lleven capa ni de superhéroes mitológicos que salvan al mundo.
Tampoco es un hashtag de redes sociales. Están mucho más cerca de todos nosotros de lo que crees. En cualquier situación que quieras mejorar en tu vida, esto te va a servir. Se refiere a esas sutilezas, casi invisibles, que influyen en nuestras interacciones sin que nos demos cuenta. Aunque suelen pasar desapercibidos, moldean nuestras decisiones y emociones.
Si ya fuiste a Google, encontrarás definiciones médicas, psicológicas, filosóficas y hasta metafísicas, pero aquí me enfocaré en su importancia dentro de la Comunicación Estratégica (sí, con mayúsculas). Dicho de otra manera, los Epifenómenos son esas señales no verbales que emitimos sin darnos cuenta: gestos, tonos de voz, silencios incómodos o miradas.
Aunque parezcan irrelevantes, tienen un impacto enorme en cómo se recibe un mensaje, muchas veces más que las palabras mismas. Debemos predisponernos a prestarles más atención así no quedamos tan cotidianamente sesgados.
Así como en su momento les recomendé acercarse al extraordinario conocimiento que nos regala la psiquiatra española Marian Rojas Estapé y a su papá Enrique, ahora me entusiasma darte a conocer a alguien orgullo de acá, cercano, que nos regaló el concepto de Psiconeuroinmunoterapia (PNIT), me refiero al doctor Armando Solarte, que es un genio colombiano reconocido ya en todo el mundo y nacido en Ibagué. Él es el papá de este concepto tan necesario de los Epifenómenos. Espero sigas ahí porque lo que viene es aún más interesante sobre ellos.
En nuestra rutina diaria, a menudo ignoramos detalles trascendentes. Vamos en piloto automático, cegados por la costumbre y el estrés. Sin embargo, ser capaces de identificar estos Epifenómenos puede evitar casi todos los malentendidos, mejorar nuestras relaciones y anticipar problemas. ¿Cuántas veces has pensado «si hubiera sabido antes lo que realmente ocurría…”? Aprender a leer estas señales puede ser la clave para mejorar nuestras interacciones personales y profesionales. ¿Te parece poco?
Es que vivimos en una peligrosa zona de confort en la que la mayoría nos acostamos plácidamente y nos cuesta muchísimo salir porque nos incomoda lo nuevo. Ahí vienen los Epifenómenos, que son como esos pequeños efectos secundarios que pasan desapercibidos, pero que lo cambian todo. Y sí, te afectan más de lo que imaginas. Es aquello que no decimos, pero comunicamos de varias maneras y la otra persona interpreta entre líneas y se queda más con eso que con nuestras palabras, si es que las llegamos a expresar. Muchas veces el silencio habla más y el que tenemos adelante nos escucha con los ojos ya que, aunque deseemos evitarlo, cuando callamos nuestro cuerpo puede estar gritando.
En un mundo digital, los Epifenómenos también existen. Un simple emoji, sticker o la ausencia de ellos en una conversación por WhatsApp puede cambiar completamente el tono. Nos hemos acostumbrado a intentar llenar el vacío de los signos no verbales en entornos digitales, pero esto a veces complica más las cosas. Lo que más nos perjudica es nuestra incapacidad o falta de voluntad para notar señales.
Al igual que la lectura, un hábito que nos abre la mente y nos permite captar más detalles de lo que nos rodea, aprender a leer los Epifenómenos nos entrena para estar más atentos. La lectura no solo enriquece nuestro conocimiento, sino que nos enseña a observar lo que no se dice, afilando nuestra percepción de lo no verbal. Cuanta más atención prestemos, más capacidad tendremos para elegir mejor nuestras palabras y mejorar nuestras relaciones.
En la comunicación estratégica, especialmente en entornos empresariales, entender estos Epifenómenos es vital. Nos permiten anticipar reacciones, ajustar mensajes y evitar conflictos, ya sea con clientes, colaboradores o socios. Las palabras pueden mentir, pero los Epifenómenos casi nunca lo hacen. Recordalo.
Debemos intentar que la vida sea una constante evolución, y aprender a percibir estas señales que hasta esta lectura muchos creían invisibles, será un hábito que nos acerque a prevenir, tomar mejores decisiones, evitar errores y avanzar en nuestros objetivos.
Educarnos en descubrir los Epifenómenos es una habilidad y también será un hábito clave para relacionarnos mejor. Bien, ya conociste a tus nuevos grandes amigos que siempre estuvieron cerca, pero ocultos, pero en este momento dedícales unos minutos de reflexión para que, a partir de ahora, te empoderen y ayuden en tus próximas vivencias.
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Por: Caly Monteverdi
Twitter @Calytoxxx