La vacunación contra el VPH: una estrategia clave en la prevención del cáncer de orofaringe

532 views
5 mins read

El cáncer de orofaringe ha experimentado un cambio en su epidemiología en las últimas décadas. Antes, se asociaba principalmente al consumo de tabaco y alcohol; hoy, el virus del papiloma humano (VPH) es el principal responsable de una gran proporción de estos casos.

A pesar de ello, la vacunación contra el VPH sigue siendo subutilizada, especialmente en países de ingresos bajos y medianos, donde los mitos y la desinformación continúan limitando su aceptación.

El VPH es un virus de transmisión sexual con más de 200 tipos identificados. Entre ellos, el VPH-16 y el VPH-18 son los más oncogénicos y están implicados en el desarrollo de varios tipos de cáncer, incluidos el de cuello uterino, ano, pene y orofaringe.

En el caso de la orofaringe, el virus se transmite principalmente a través del contacto oral-genital, lo que ha llevado a un aumento de los casos de cáncer de amígdalas y base de lengua en personas jóvenes, no fumadoras y con estilos de vida saludables.

El cáncer orofaríngeo asociado al VPH suele tener un mejor pronóstico que el causado por el tabaco y el alcohol, pero el tratamiento sigue siendo complejo, con cirugías extensas, radioterapia y quimioterapia que pueden afectar la calidad de vida del paciente. La mejor estrategia, sin duda, es prevenir la infección con la vacunación.

Desde su introducción, la vacuna contra el VPH ha demostrado ser altamente eficaz en la prevención de infecciones por los tipos de VPH más peligrosos. En países donde la vacunación es obligatoria, como Australia, se ha registrado una reducción drástica en la incidencia de infecciones por VPH y lesiones precancerosas.

Aunque inicialmente la vacunación se centró en niñas para prevenir el cáncer de cuello uterino, hoy sabemos que los hombres también deben vacunarse. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la vacunación a partir de los 9 años y hasta los 45 años en personas no inmunizadas.

Al vacunar a los niños y adolescentes antes de la exposición al virus, se corta la cadena de transmisión y se reduce el riesgo de cánceres relacionados con el VPH en toda la población.

A pesar de la evidencia científica, persisten mitos que obstaculizan la vacunación. Uno de los más comunes es la creencia de que la vacuna fomenta conductas sexuales de riesgo en adolescentes. Los estudios han demostrado lo contrario: la vacuna no influye en la edad de inicio de las relaciones sexuales ni en el número de parejas sexuales.

Otra barrera es el acceso a la vacuna. En muchos países, los costos y la falta de campañas de vacunación universal impiden que niños y adolescentes reciban la dosis a tiempo. Es imperativo que los sistemas de salud incluyan la vacuna en los esquemas de inmunización obligatorios y refuercen la educación sobre su importancia.

El cáncer de orofaringe asociado al VPH es prevenible, pero la clave está en la vacunación temprana. Como cirujanos de cabeza y cuello, vemos a diario las consecuencias de no haber prevenido a tiempo una enfermedad devastadora. Es momento de que padres, educadores y profesionales de la salud se unan para promover la vacunación como un acto de responsabilidad social y de salud pública.

Prevenir es siempre mejor que tratar. La vacuna contra el VPH salva vidas, y su aplicación masiva podría cambiar el futuro del cáncer de orofaringe. Es hora de actuar.

Por: Adonis Tupac Ramírez Cuéllar – adonistupac@gmail.com
X: @saludempatica

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Ir al contenido