Quiero iniciar mi escrito de hoy con una historia personal que me liga en cierto modo al tema central de este artículo.
Desde muy niño y de eso ya hace bastante, pasé muchos instantes compartiendo con mi tío Pachito, un ser humano de un gran valor como tal y una figura muy admirada por toda la familia y por muchas personas que tenían la fortuna de conocerlo. Este hombre siempre fue un ejemplo por su gran honestidad y compromiso con su trabajo, con su familia y con todo cuanto emprendía, de hecho aún lo es y con mucha más fuerza gracias a su madurez y sabiduría.
Usted se preguntará, bueno y este señor hacia dónde conduce las historia, pues no se desespere, déjese guiar; la razón por la que hablo de mi tío es porque fue un ejemplar ejecutivo de la entonces Caja Agraria, hoy Banco Agrario, y su actuación en esa experiencia laboral como gerente de oficina fue siempre calificada como responsable y pulcra, y eso se constituyó como ejemplo de vida para mí, para sus hijas y para todos los que tuvieron y tienen la fortuna de conocerlo.
Por haber trabajado en esta prestigiosa entidad que hoy en día es el banco aliado de los campesinos y/o empresarios del campo en nuestro país, no lo involucra con alguna actuación dudosa que se haya generado en algún momento en la historia de esta institución ni mucho menos.
Por otro lado pero en un tema afín, quiero referirme al actual presidente de este banco, Luis Enrique Dussán López, destacado profesional huilense, oriundo del municipio de Campoalegre, quien incursionó en la política siendo Representante a la Cámara en donde se especializó en temas agrarios, profundizando en estudios sobre el mismo asunto, llegando a la presidencia de Finagro en donde hizo un destacado trabajo, por lo cual se convirtió en una autoridad gracias a su amplio conocimiento acerca del estado actual de la producción del primer sector de la economía en nuestra nación.
La primera vez que escribí sobre responsabilidad política años atrás, fue también para referirme a Dussán López, pues pude visualizar y comprobar de alguna manera ese sentir y esa forma de actuar, que han sido en todo su ejercicio profesional y público una de sus más notables cualidades y características.
Tal vez el banco de hoy no sea igual en tamaño al de hace tres décadas, de hecho hoy posee una red de 750 oficinas ubicadas en 728 municipios de todo el país, siendo el único presente en 454 localidades, con el apoyo de más de 5.100 corresponsables bancarios que permiten tener cobertura en todo el territorio nacional. Así mismo abrirá 35 nuevas oficinas tradicionales, dentro de las cuales se incluyen 11 en igual número de centrales de abastos de diferentes ciudades.
El banco agrario está en pleno proceso de modernización y muy pronto estará a la vanguardia en temas de servicios financieros con la más grande cobertura a nivel nacional, convirtiéndose en líder y aliado estratégico de los productores colombianos.
Las dos personas a las que dedico esta columna han demostrado ser servidores probos, como los que necesita hoy en día nuestra patria para que pueda salir adelante realmente.
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Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa – hfco72@gmail.com
Twitter: @Hufercao04