Como hace cuatro años, Neiva sufre algo parecido a una pandemia, que también está dejando consecuencias en la economía, miedo en la sociedad, incertidumbre y sobre todo, está cobrando vidas: la inseguridad.
Y aunque el término pandemia aduce a una enfermedad epidémica que ataca a muchas personas al mismo tiempo, la inseguridad sin ser una enfermedad, se ha convertido en la principal amenaza para la vida de los neivanos, de los huilenses y de muchos colombianos.
Y aunque algunos no lo quieran aceptar, la situación en la capital del Huila se salió de control. Ya no solo vivimos una “epidemia” de hurtos, que vemos a diario en toda la ciudad, y que era la situación el año pasado.
Sino que, a los atracos, raponazos, cosquilleos, asaltos y demás modalidades de hurto que hay en la ciudad, ahora se les sumó el aumento en las extorsiones, los atentados terroristas, las desapariciones y los homicidios. Una situación que como ciudadanos nos tiene intranquilos, pero, sobre todo, sin saber qué nos depara el destino, porque no hay soluciones a la vista.
El problema no es sólo que los indicadores están desbordados y palpamos a la vista cómo cada día estamos más inseguros; el problema es que los llamados a darnos tranquilidad, que son las autoridades, no encuentran la solución. Literalmente al alcalde German Casagua, al secretario de Gobierno José Ferney Ducuara y al comandante de Policía Metropolitana, coronel Alexander Castillo, esta situación los cogió “con los calzones abajo” y los delincuentes ya le tomaron ventaja. Tan es así que la única medida tomada para controlar la inseguridad, que es la prohibición de parrillero en el microcentro, ya demostró que no da resultado. Como si fuera un desafío a la autoridad, los delincuentes roban en “gavilla” ahora. Llegan 14 en 7 motos, y asaltan a mano armada en cuestión de segundos, como se pudo apreciar en un video que circuló el fin de semana, cerca del centro de la ciudad.
Incluso, les tienen tan poco miedo a la autoridad, que mataron a un ciudadano, a las afueras de la Gobernación, donde permanecen policías, y a una cuadra de la Alcaldía, y todo por robarlo.
En cambio, mientras esto pasa, el número de comparendos en la ciudad y de inmovilizaciones aumenta cada día como arroz. “Es que el alcalde tiene la razón cuando dice que la culpa es de Gorky porque antes nadie les decía nada a los de las motos y ahora sí los están abrochando, y bien merecido”, me dijo un taxista la semana pasada que lo abordé para ir a la casa. Lo curioso es que, a ese taxi, sin aire y desajustado, que claramente no cumplía los requisitos mínimos para circular, no lo paran, no le hacen control, y tampoco lo inmovilizan. “Tengo que llevarlo mañana al taller para cuadrarle unas vainas o sino no me calibran el taxímetro”, me dijo después cuando le dije que el carro estaba en muy mal estado. Quizás por eso, alias Chatarra, a quien asesinaron la semana pasada de 14 tiros en un taller de su propiedad, tenía una flotilla de 35 taxis que, según información preliminar de las autoridades, eran usados para comercializar droga. ¿Cómo es que esto venía pasando en Neiva y nunca se dio un golpe contra esas estructuras criminales? ¿Cómo es que nunca inmovilizaron un vehículo de esos con droga? Incluso, con tanto operativo a las motos, tampoco nunca cayó una con droga, porque “Chatarra” tenía más de 30 motos.
De ahí que el comentario recurrente de los ciudadanos, es que lo único que han hecho las autoridades este año es quitar motos, pero no han ejercido verdadero control.
Por esa razón la confianza en los organismos de seguridad cada día disminuye más, y se pierde el respeto e incluso el temor a infringir la ley.
Una de las informaciones que circula, sobre los móviles del asesinato de David Cuéllar, alias “Chatarra”, es que una estructura criminal cometió el homicidio para reclamar poder territorial. Al parecer, la víctima, a la que algunos llamaron empresario, controlaba cerca del 50% del microtráfico en la ciudad. Un pez gordo para ganar respeto. Por eso coge fuerza la tesis que detrás del crimen estarían las disidencias de las FARC, que no solo ya habían dicho presente con las 10 granadas o artefactos explosivos lanzados en las últimas semanas, sino que ahora quieren apoderarse del negocio interno de la droga, los gota a gota, las oficinas de cobro, y homicidios, para demostrar poder territorial. Algo que, de ser cierto, nos trasladaría a un panorama sin precedentes en la ciudad, donde escenas como las que vivimos la semana pasada, de homicidios, robos y atentados, seguirán siendo más recurrentes.
Ya es hora de actuar con vehemencia Alcalde, Secretario y Coronel. La gente ya se cansó de seguir responsabilizando a otros, de la labor que los neivanos le encomendaron. Los gobernantes son elegidos para actuar, aún en situaciones poco comunes o muy complejas. Por ejemplo, hace cuatro años nos llegó una pandemia para la que nadie estaba preparado. En ningún manual de buen gobierno, se había escrito un capítulo de cómo gobernar en una situación como esa, y aún así, salimos bien librados, al punto, que para esta época en 2020, los neivanos consideraban que el ex alcalde Gorky, había sabido sobrellevar la pandemia, con medidas incluso impopulares como el confinamiento.
Por eso ahora más que nunca, la sociedad necesita de gobernantes que piensen menos en figurar, y que actúen más, y que tomen medidas contundentes que realmente generen un impacto, empezando por hacer lo mínimo que es citar a consejos de seguridad permanentes para analizar cada situación que se está presentando. No es posible que a estas alturas, dicho por el propio Secretario de Gobierno, sólo se hayan realizado 5 consejos de seguridad en lo corrido del año, cuando van 10 atentados, múltiples homicidios, desapariciones, robos por doquier, y lo que es peor, la presencia de disidencias de las FARC en la ciudad.
Ojalá el presidente Petro acoja la solicitud hecha por el Alcalde y el Gobernador Villalba de levantar el cese al fuego con esta guerrilla en el departamento, y de esta forma puedan ser atacadas estas estructuras criminales de manera frontal, pero mientras tanto, la mano dura debe mostrarse también con el recurso humano y técnico que tenemos.
La “vacuna” para esta pandemia parece que aún no está lista, pero esperamos que por lo menos, con “acciones por Neiva”, se pueda seguir evitando, el aumento de la enfermedad.
La Ñapa
Bien por el Alcalde y el Secretario de Gobierno, que por fin decidieron escuchar a los comerciantes y empresarios. Increíblemente en estos tres meses larguitos del año, ellos han sido los más afectados con la inseguridad, y no habían podido ser escuchados. Lo harán este martes 9 de abril, en la Cámara de Comercio, a solicitud de un puñado de concejales, liderados por Johan Steed Ortíz, que insistieron en un consejo ampliado de seguridad. Ojalá en este “laboratorio”, se empiece a configurar la cura que necesitamos.
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Por: Andrés Felipe González
Comunicador Social y Periodista
Especialista en Comunicación Digital
Asesor en comunicación política