El archivo de la reforma laboral: Un retroceso para la equidad social y laboral en Colombia
El pasado martes 18 de marzo, la congresista huilense Esperanza Andrade junto a 7 senadores más integrantes de la Comisión Séptima del Senado de la República, se encargó de extinguir del imaginario de la clase trabajadora del país, la ESPERANZA de lograr unas mejores condiciones laborales para el trabajador colombiano.
La propuesta presentada por el Gobierno Nacional previamente discutida en la Cámara de Representantes buscaba reformar el Código Sustantivo de Trabajo haciéndolo más justo, equitativo e incluyente en una sociedad que nos ubica como una de las más desiguales del planeta.
El reciente archivo de la reforma laboral en Colombia marca un punto de quiebre en el debate sobre la justicia social y el futuro del mercado de trabajo en el país. A pesar de que las expectativas estaban puestas en una reforma que pudiera abordar las profundas desigualdades laborales y mejorar las condiciones de los trabajadores, la decisión de archivarla deja a la sociedad colombiana ante un panorama sombrío de retroceso en la búsqueda de una verdadera equidad.
Aunque la propuesta de reforma incluía aspectos novedosos, igualmente contenía algunas condiciones para reconquistar que la clase trabajadora perdió en el primer gobierno de Álvaro Uribe Velez en el año 2002 que con la sanción de la ley 789 desafió la naturaleza y el movimiento natural de la tierra y estableció por ley que la noche para los colombianos iniciaba a las 10 pm privando al trabajador del recargo en trabajo nocturno que hasta esa época se reconocía a partir de las 6 pm.
En primer lugar, el rechazo a esta reforma revela la persistencia de un sistema que no está dispuesto a reestructurar la relación entre empleadores y trabajadores, en un contexto donde la informalidad y los bajos salarios siguen siendo protagonistas. Colombia, que tiene uno de los índices de desigualdad más altos de América Latina, enfrenta un serio desafío al no contar con herramientas legislativas que promuevan un mercado laboral inclusivo y justo.
La reforma buscaba, entre otras cosas, la implementación de medidas que protegieran a los trabajadores en situación de vulnerabilidad y el fortalecimiento de los derechos laborales. Con su archivo, el país pierde una oportunidad clave para avanzar en la mejora de las condiciones de vida de millones de colombianos que viven al margen de los derechos fundamentales en su vida laboral.
En términos sociales, el archivo de la reforma profundiza las brechas que ya existen entre diferentes sectores de la sociedad. Los trabajadores informales, que representan más del 60% de la fuerza laboral del país, son los más perjudicados por esta decisión. La falta de una regulación que los ampare no solo los expone a la precariedad económica, sino también a una incertidumbre constante respecto a su futuro laboral.
Además, este rechazo a la reforma tiene un impacto directo en las dinámicas laborales de las nuevas generaciones. Jóvenes que entran al mercado laboral en busca de estabilidad y oportunidades de desarrollo se enfrentan a un panorama incierto en el que las oportunidades son limitadas y las condiciones de trabajo son cada vez más precarias.
La falta de reformas que fortalezcan la educación y la capacitación en el ámbito laboral impide que Colombia pueda competir en igualdad de condiciones con otras economías más desarrolladas, perpetuando un ciclo de pobreza y exclusión social.
En concreto, la ESPERANZA de lograr el pago del trabajo complementario en horario nocturno para que se reconozca a partir de las 7 pm, se esfumó, igual sucedió con aspectos tan sensibles desde lo social y laboral como el incremento en el pago cuando se labora en días dominicales y festivos, horario que el trabajador deja de compartir con su familia y para descansar, la ampliación de la licencia de paternidad, la regulación del trabajo en plataformas digitales, la formalización del contrato de aprendizaje para estudiantes del SENA y el pago a los estudiantes de medicina en su último año de formación o año de internado rotatorio, entre otros aspectos.
En conclusión, el archivo de la reforma laboral no solo es una pérdida para los trabajadores colombianos, sino un golpe a la ESPERANZA de una sociedad más equitativa y justa. Mientras el país sigue enfrentando desafíos estructurales, como la alta informalidad, la pobreza y las desigualdades económicas, es urgente que el Congreso de la República en representación del constituyente primario redefinan y promuevan iniciativas que favorezcan a la clase trabajadora y un modelo laboral, que sea capaz de garantizar los derechos fundamentales de los trabajadores y contribuir a una sociedad más inclusiva y próspera para todos.
P.D. ¿Qué estarán pensando los trabajadores que al momento de votar depositaron su ESPERANZA en ESPERANZA?, amanecerá y lo veremos en las próximas elecciones…
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Por: Faiver Augusto Segura Ochoa
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