Hay irreverencias simpáticas y otras que son odiosas, unas que son necesarias y otras que en realidad sobran.
El favor que le hizo el presidente Gustavo Petro al saltimbanqui de las redes sociales Alejandro Riaño, fue increíble, aunque él tal vez en la vanidad superflua de su personaje Juanpis González, pueda decir que fue él quien le hizo el favor al gobernante y que le dio el honor de la entrevista; en realidad no entiendo cómo el presidente hizo para someterse a semejante reportaje.
Este es un país de posturas políticas, de simpatías, de odios, de intereses y de rencores, de eso no hay duda. Medio país apoya el gobierno de Gustavo Petro y otro medio país no está de acuerdo con su manera de gobernar, pero de eso se trata la democracia y creo que es sano para la patria misma, de todas maneras, no sé cómo interpreten esta columna quienes se tomen el tiempo de leerla.
A pesar de la forma de preguntar, de la payasada del personaje que interpreta Riaño, de la insolencia con que aborda los diferentes temas, convirtiendo asuntos de gran envergadura en cuestiones para sacar risa a la ciber-audiencia; el presidente Petro guardó compostura y aprovechó el espacio para decir cosas de fondo y comunicar lo que seguramente pretendía anunciar.
Abrirle el espacio al humorista Alejandro Riaño puede haber sido estratégico para conseguir llegarle a una población a la que poco le interesa informarse bien, a ese grupo de gente que no lee, que no escucha noticias, que no se actualiza, pero que vive en este territorio y que consume este tipo de productos audiovisuales.
A veces me cuestiono acerca de la salud mental de los habitantes del mundo en general, pues encuentra uno personas de todo tipo que publican cosas de toda clase en las llamadas redes sociales (Facebook, Instagram, Tik Tok, YouTube, etc.), algunas formativas, culturales, informativas y serias, pero otras, producto del delirio o la locura, y lo más llamativo es que para todo hay público en cantidad.
Colombia es un país complejo, sabemos de los índices históricos de corrupción, no de ahora sino de siempre; la violencia permanente que ha sido una talanquera para que esta Nación avance como debe avanzar; el narcotráfico con todas sus consecuencias, que cambia, se transforma, evoluciona, pero no se acaba porque se volvió un negocio trasnacional sumamente poderoso que necesita no solamente la voluntad de un gobierno sino la de muchos; y otros problemas estructurales y coyunturales que nos afectan permanentemente como un castigo o una maldición.
No termino de comprender la razón por la cual el presidente Gustavo Petro permitió que el bufón González se le metiera, literal, al rancho, pero como dijera una simpática conocida mía, “sus razones tenerá” hagan cuenta y caso.
Adenda:
Felicito a la comitiva que representa al departamento del Huila en la Feria Internacional del Libro de Bogotá versión 2025, porque han cumplido con la misión de dar a conocer, abiertamente, las obras de los diferentes escritores huilenses.
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Por: Hugo Fernando Cabrera – hfco72@gmail.com
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