La educación como proceso y los sectores educativos, juegan en la actualidad, un papel esencial en la búsqueda de soluciones para resolver los problemas del medio ambiente ya que deben involucrar a todos los miembros de la sociedad, proporcionándoles el conocimiento, las habilidades y las herramientas necesarias para una adecuada interpretación del mundo y una actuación social consecuente con sus necesidades y exigencias.
La universidad, como entidad docente e investigadora, debería ser el principal agente de cambio en la medida que proporcione respuestas a los problemas y a los retos de la sociedad actual, es decir, vincularse con el ambiente y con temas asociados a la ética, paz, derechos humanos, participación protagónica, la salud, la pobreza, la sustentabilidad, la conservación de la diversidad biológica, el patrimonio cultural, la economía, el desarrollo, el consumo responsable, la democracia y bienestar social, en este sentido se requiere que desarrolle procesos educativos ambientales que promuevan y fortalezcan el derecho a la participación de los ciudadanos y comunidad en general.
Los recursos naturales del planeta vienen experimentando un deterioro creciente que se ha agudizado en las últimas décadas, los cuales se ha venido efectuando de una manera acelerada, desordenada y han conducido al agotamiento de muchos de ellos, la escasez y degradación irreversible de otros.
La Educación Ambiental, es un campo en constante proceso de desarrollo y reformulación tanto a nivel mundial, nacional y regional. Se origina a partir de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano celebrada en Estocolmo, Suecia, en junio de 1972. En la declaración de principios se plantea a la Educación Ambiental, como una alternativa para que las sociedades internacionales promuevan el cuidado y conservación de la naturaleza.
La educación ambiental, debe procurar dar información, referente a los problemas del medio y sus soluciones, ya que dan como resultado un cambio de responsabilidad hacia el entorno. El conocimiento infundido debe hacerse con base en hechos y no en meras opiniones o suposiciones.
No basta con poseer conocimientos sobre estrategias de acción, es necesario adquirir habilidades instrumentales que permitan cuidar el entorno de manera sistemática y efectiva. Poner en práctica las habilidades lo inclina con mayor fuerza a querer cuidar el ambiente con la finalidad de conservarlo y protegerlo.
En tal sentido la educación es fundamental para adquirir conciencia, valores y actitudes, técnicas, comportamientos ecológicos y éticos en consonancia con el desarrollo sostenible. La educación ambiental es el proceso permanente de carácter interdisciplinario destinado a la formación de una ciudadanía que reconozca valores, aclare conceptos, desarrolle las habilidades y las actitudes necesarias para una convivencia armónica entre seres humanos, su cultura y su medio biofísico circundante.
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Por: María Fernanda Plazas Bravo
Twitter: @mafeplazasbravo