Colombia en los Olímpicos Berlín 1936

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En mayo de 1936, bajo el liderazgo del director de Educación Física de Cundinamarca, Alberto Nariño Cheyne, se cumplieron algunos chequeos denominados criteriums, en la primera pista de atletismo que se había construido en Bogotá, en el barrio Acevedo Tejada, en los cuales participaron los mejores atletas de Bogotá, Cundinamarca y otras regiones, que se creían con condiciones de buscar un cupo en esa pionera selección nacional.

En el mismo mes, la Dirección Nacional de Educación Física convocó a los chequeos definitivos para el día 6 de junio. Las pruebas finales se realizaron con ocasión de la celebración del Día Olímpico, una semana antes de lo previsto, en la pista del Hipódromo de la calle 53, localizado en el hoy barrio Galerías. El dinero recaudado por la asistencia de aficionados sería destinado al viaje de la delegación. A pesar de la publicidad brindada por los diarios de la capital del país, la presencia de público fue escasa.

Las competencias de semifondo, en las que no hubo buenas marcas, por la altura de Bogotá y la pista de grama del hipódromo, fueron dominadas por los corredores de Cundinamarca Pedro Emilio Torres, del Club Deportivo La Corona, quien ganó los 800 metros, con 2 minutos y 12 segundos, y Hernando Navarrete, del Red Star, vencedor en los 5.000 metros, en estrecho duelo con su paisano Jorge Nova, quien estableció un tiempo de 17 minutos y 50 segundos. Como esta competencia terminó en medio del desorden, porque el público invadió la pista, el comité programó para el día siguiente, 7 de junio, una nueva competencia, en el mismo escenario.

Pág. 8 y 9, El Comité de Atletismo de Cundinamarca escoge el primer equipo olímpico

Los días 6 y 7 de junio de 1936 se celebraron en el Hipódromo de la Calle 53, de Bogotá, hoy sector de Galerías los chequeos para conformar la selección nacional que participaría en los Juegos Olímpicos de Berlín, programados en agosto. La foto corresponde a los 5.000 metros, en los cuales apreciamos de izquierda a derecha, a Hernando Navarrete (ganador), Hugo Acosta (tercero) y Jorge Nova (segundo).

Navarrete supera de nuevo a Nova

Ese día, a partir de las 3:30 de la tarde se realizaron los 5.000 metros, que tuvieron, de nuevo, como protagonistas a los bogotanos Hernando Navarrete y Jorge Nova.  Este último fue quien más ocupó la primera casilla, en su afán de cobrar la revancha por la derrota anterior, pero nunca pudo distanciarse de su rival.

La carrera se define en los últimos 200 metros, que enfrentan solitarios Nova y Navarrete. La llegada fue tan estrecha, que mientras los jueces consideraron ganador a Navarrete, muchos aficionados vieron cruzar primero a Nova. Lo más importante fue la marca lograda por el vencedor, 16 minutos y 22 segundos, un minuto y 28 segundos menos, con respecto al tiempo establecido la víspera. Este registro, además, era el segundo de Sudamérica en esa competencia.

De la misma manera, los atletas cartageneros, Campo Elías Gutiérrez, en lanzamientos de jabalina y disco, y José Domingo El PerroSánchez, en las pruebas de velocidad, y el barranquillero residente en Bogotá Pedro del Vechio, en el salto con garrocha fueron los triunfadores.

Foto 4

El colombiano Hugo Acosta con la estrella de los Olímpicos de Berlín, en 1936, el velocista estadounidense Jesse Owens.

El brusco despertar de Berlín 1936

Una vez realizados los análisis de los resultados, dos atletas de Cundinamarca, uno de Bogotá, Hernando Navarrete, y el otro de la provincia, Pedro Emilio Torres, nacido en la población de Manta, fueron seleccionados para conformar el primer equipo colombiano que participaría oficialmente en esos Juegos Olímpicos, en Berlín, Alemania. También integraron la delegación: el lanzador y saltador barranquillero Pedro del Vechio, y los velocistas cartageneros, José Domingo El perro Sánchez, y Campo Elías Gutiérrez.

Finalmente se logró recaudar el dinero necesario para el viaje de esa primera delegación nacional a unos Juegos Olímpicos, en la que fue incluido el bogotano Hugo Acosta, porque su tío Dobelay Acosta ayudó a conseguir el dinero para el viaje del equipo y el propio deportista se pagaba parte de sus gastos.

El proceso para permitir la participación de una selección nacional en los Juegos Olímpicos de Berlín se había cumplido en un 50 por ciento, aunque al revés, porque hacía falta llenar el primer requisito: la constitución del Comité Olímpico Colombiano y su afiliación ante el COI.

El 1º de julio, un mes antes de los juegos de Berlín, el delegado Internacional, Julio Gerlein Comelín, envió al COI la inscripción del equipo nacional y anunció la creación del Comité Olímpico Colombiano, dos días después.

Foto 3

Seis deportistas, siete acompañantes

El equipo inscrito por Gerlein estaba conformado por seis deportistas y siete acompañantes. Los primeros eran los atletas que habían ganado el cupo en los chequeos realizados por el Comité de Atletismo de Cundinamarca, Navarrete, Torres, Acosta, Gutiérrez, Sánchez y del Vechio. Los segundos eran: Juan de Dios Salgado, delegado; Agustín Nieto Caballero, representante del Comité Olímpico Colombiano; José Antonio Emiliani, por las asociaciones de fútbol y de baloncesto; Margarita de Emiliani, por la Asociación Femenina; José Ignacio González, por la prensa; Roberto Kowell, entrenador, y Jorge Perry Villate, inscrito como participante, quien finalmente no viajó.

A comienzos de julio, el equipo nacional partió de Cartagena a bordo de la motonave Caribia, de la Hamburg América Line, y llegó a su destino, Hamburgo, el 15 de julio. Acosta, por su parte, se equivocó al abordar el avión rumbo a Barranquilla y fue a dar a Medellín, de donde regresó a Bogotá, para volar hacia la capital del Atlántico, en donde abordó el 30 de junio, el barco Simón Bolívar, de la Compañía Real Holandesa de Vapores.

“Un barco… cargado de atletas”

“En un barco -de ninguna manera de lujo- viajó la delegación de Colombia, presidida por Alberto Nariño Cheyne, y dirigida por Juan de Dios Salgado, animador número uno del atletismo de entonces, inquieto hombre, quien más tarde, muchos años después, fue arrestado en su finca de la Sabana de Bogotá, por habérsele encontrado una bomba explosiva. De él se decía que cuando era un mozo inquieto en París trabajaba románticamente por el anarquismo, y con su cachucha francesa de bailador de tangos, dizque se escondía bajo los puentes del río Sena, para eludir a la policía. Pintoresco este colombiano, por quien siempre hemos profesado una profunda admiración. Ojalá que el deporte le pueda agradecer, alguna vez, su sincera colaboración”, escribió Mike Forero Nougués, en El Espectador, el 9 de julio de 1976 como parte de la serie de los 20 años de Colombia en Juegos Olímpicos.

Foto 2

Fotografía tomada después de los chequeos realizados en 1936, en la que aparecen algunos atletas seleccionados para Berlín 1936. De izquierda a derecha: Pedro Emilio Torres, Juan de Dios Salgado (delegado), Hernando Navarrete, Campo Elías Gutiérrez y José Domingo El Perro Sánchez.

 

Alegría y frustración

Si el viaje a Berlín, a los Juegos Olímpicos causó alegría y esperanza, los resultados de la participación generaron frustración. Ninguno de los deportistas colombianos logró avanzar a la segunda ronda. Inclusive, dos de ellos, Hugo Acosta y Pedro del Vechio, no participaron, el primero por enfermedad y el segundo, por su propia voluntad.

Quienes lograron competir, sin embargo, mejoraron sus registros.

El balance de la delegación fue el siguiente:

Hernando Navarrete fue eliminado en los 5.000 metros, pero estableció un tiempo de 16 minutos y 20 segundos, superior al logrado en su última participación en el Hipódromo de Bogotá, previa a la justa alemana, cuando derrotó al bogotano Jorge Nova.

Pedro Emilio Torres estableció en los 1.500 metros, 4 minutos y 25 segundos, 55 segundos menos que su mejor marca, que había fijado recientemente en Barranquilla.

Campo Elías Gutiérrez rompió el registro nacional en el lanzamiento de jabalina, con 50 metros, dos metros más que su propio registro.

“Unos zapatos con puyas”

Varias fueron las experiencias obtenidas de la primera participación oficial de Colombia en unos Juegos Olímpicos. Para Hernando Navarrete todo lo que ocurrió fue nuevo para ellos:

“Una de las primeras sorpresas que tuvimos fue la existencia de unos zapatos con puyas que utilizaban los mejores atletas, en especial en las pruebas de velocidad. Conseguimos unos, pero no pudimos dominarlos, porque nos tropezábamos con la pista. También aprendimos algunas ideas técnicas del calentamiento, como los ejercicios de estiramiento. Y lo más importante fue que aterrizamos en una dimensión nueva para todos: debíamos organizarnos para ser competitivos”, recordó Hernando Navarrete, en 1987, en entrevista con  Alberto Galvis, de El Espectador, en 1987.

Pedro Emilio Torres, fondista cundinamarqués, agregó que “la primera experiencia fue el viaje en un inmenso barco, jamás imaginado por nosotros. A pesar de los intentos por mantenernos en la mejor forma física fue muy difícil entrenar en la cubierta. Por lo tanto nos dedicamos a disfrutar del viaje, que incluía fiestas. Ya en Berlín vivimos otra experiencia inolvidable: conocer al famoso Adolfo Hitler, quien promovía las ideas nazis, que a los jóvenes asistentes no nos disgustaban, porque aún no se había visto la trágica dimensión que tendrían años después”, en entrevista con  Alberto Galvis, de El Espectador, en 1987.

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