El cultivo de ají es una fuente de ingresos sostenible para las familias indígenas, ya que promueve la soberanía alimentaria y se preservan prácticas agrícolas tradicionales.
La Agencia de Desarrollo Rural, entidad adscrita al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, continúa la Gira del Mes de la Reforma Agraria en el municipio de Solano, Caquetá.
El proyecto contempla la inversión de 516 millones de pesos para potenciar la producción de ají con las comunidades del resguardo indígena de San José del Cuerazo.
En el municipio de Solano, Caquetá, las comunidades indígenas todavía hacen uso de sus saberes tradicionales para el cultivo, entre ellos, el manejo de la chagra. Es desde el respeto a estas prácticas ancestrales que la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) y el resguardo de San José del Cuerazo comenzaron a trabajar en una iniciativa que integra la cadena productiva del ají a las chagras tradicionales, para lo cual se invirtieron 516 millones de pesos. Este proyecto será liderado por 22 pequeños y medianos productores que hacen parte del resguardo.
La chagra es un sistema sagrado que integra los saberes y conocimientos del hombre y la mujer dentro de la comunidad indígena. En ella el hombre se encarga de identificar el lugar propicio para la siembra y de preparar el terreno, mientras a la mujer le corresponde la siembra, el cuidado y la recolección. En el contexto de este sistema tradicional asociado a las temporadas de lluvias y sequías en el territorio, cada una de las familias comenzará a cultivar 0.25 hectáreas de ají con el objetivo de comercializarlo a nivel local, regional y nacional.
Luz Garcés es la cacica del resguardo y una de las aliadas de la Agencia de Desarrollo Rural en el proyecto, pero principalmente una líder para su comunidad que reconoce nuevas oportunidades en esta iniciativa: “Este proyecto es lo que siempre hemos estado esperando. Nosotros como pueblo Coreguaje hemos sembrado el ají para el sustento y el consumo de la familia, solo a nivel del resguardo. Ahora, con esta alianza, estoy segura de que nos va a servir mucho en nuestra economía; además, una de las cosas más bonitas es que nos están dando herramientas y materiales para nosotros trabajar y ayudar a nuestras familias”.
Durante la implementación del proyecto, la ADR trabajará de la mano con las comunidades, para dotarlas de equipos, establecer procesos de formación y consolidar la comercialización de ají seco y en polvo. Entre los equipos por entregar se contempla un molino, un deshidratador e insumos para el mantenimiento de las chagras. El proceso de formación articulará los saberes tradicionales con el conocimiento técnico. Por último, el apoyo en la comercialización buscará eliminar la intermediación histórica que ha existido en la región, e identificar canales de mercado sólidos que permitan asegurar la estabilidad en las ventas y una adecuada presentación del producto.
Mónica Perdomo, directora territorial de la ADR en Huila y Caquetá, resaltó el carácter étnico de la iniciativa: “Este es un proyecto que apoya a las comunidades indígenas de la región del Caquetá con la producción de ají. Desde la entidad apoyamos la cultura y los saberes ancestrales de los pueblos”.
Uno de los objetivos de la Gira del Mes de la Reforma Agraria es llegar a aquellos territorios cobijados por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), los cuales, históricamente, han sido afectados por la violencia, la desigualdad, el abandono estatal y el conflicto armado. Es el caso de Solano, en cuyo proyecto de ají participan 19 víctimas del conflicto armado, en busca de mejorar su calidad de vida y crear nuevas oportunidades de sostenibilidad económica.