La planificación patrimonial cobra relevancia en medio de la mayor transferencia de riqueza intergeneracional registrada a nivel global.
Más del 60% de las herencias se diluyen en la segunda generación y más del 90% en la tercera, según estudios globales de patrimonio familiar.
En los próximos 20 años, más de USD $84 billones cambiarán de manos entre generaciones a nivel mundial (aproximadamente 345.7 billones de pesos colombianos), según cifras de Cerulli Associates. Pero más allá del volumen, el verdadero reto es cómo se está preparando esa transición. La gran transferencia de riqueza ya está en marcha, y el reto para las familias es preservar su patrimonio.
En Colombia, el fenómeno también es evidente. El país se ubica como el octavo con mayor poder adquisitivo per cápita en América Latina, según Global Finance, y el número de personas con patrimonio significativo ha venido aumentando. Sin embargo, la preparación para esa transición sigue siendo una tarea pendiente.
Estudios internacionales advierten que el 60% de las herencias se disuelven en la segunda generación y más del 90% desaparecen en la tercera. La falta de planificación, la ausencia de diálogo familiar y la falsa percepción de que poseer patrimonio es suficiente para garantizar su administración son los principales factores detrás de esta realidad.
Ante este panorama, Protección destaca la importancia de entender la gestión patrimonial no solo como un asunto de cifras, activos e impuestos, sino como el arte de administrar inversiones con propósito. “La riqueza puede ser transitoria, pero un legado bien diseñado tiene el poder de perdurar. En Protección creemos que cada decisión, legal, financiera o familiar, debe estar alineada con los valores de quien ha construido ese patrimonio. Nuestro compromiso es acompañar a las familias no solo a planificar una sucesión, sino a estructurar un legado con sentido”, señaló Mauricio Rodríguez, líder de negocio de Inversiones y Gestión Patrimonial en Protección.
Cada vez más jóvenes heredan fortunas en lugar de crearlas
En los últimos años, jóvenes menores de 30 años han ingresado al listado de multimillonarios de Forbes no por haber fundado empresas, sino por herencias recibidas. Este fenómeno refleja un reto que pocas familias han logrado superar: heredar sin planificación puede convertir la riqueza en una carga, en lugar de una oportunidad.
Mas allá de los 32 mil colombianos que hoy declaran impuesto al Patrimonio, este es un tema cotidiano que ocupa a un número importante de familias que ya tienen un patrimonio y que pudieran con una adecuada planificación optimizar sus planes de legado y optimización tributaria y financiera.
“La conversación sobre el legado debe iniciarse mucho antes de la transferencia de activos, permitiendo una planificación adecuada y una transición más estructurada. Es fundamental que las familias identifiquen si están realmente preparadas para gestionar lo que se ha construido, comprendan los valores y la visión del patrimonio, y estructuren el traspaso con solidez desde las perspectivas legal, financiera y emocional”, afirma Mauricio Rodríguez, líder de negocio de Inversiones y Gestión Patrimonial en Protección.
Lo técnico es necesario, pero no suficiente
Contar con herramientas como la nuda propiedad, los seguros estructurados (PPLI) o los fondos comunes de inversión permite transiciones patrimoniales ordenadas y fiscalmente eficientes. En empresas familiares, la planificación del control accionario evita conflictos internos y preserva el legado empresarial. Para patrimonios globales, la elección de jurisdicciones y estructuras legales adecuadas puede marcar la diferencia entre proteger el capital o exponerlo innecesariamente.
Sin embargo, el verdadero desafío está en preparar emocional y financieramente a los herederos. No basta con conocimientos técnicos, sino que se requiere educación financiera y emocional, con conversaciones sobre propósito, decisiones responsables y visión de largo plazo.
Una nueva generación, una nueva mirada
Las nuevas generaciones tienen una relación distinta con la riqueza. Más allá de la acumulación, buscan sostenibilidad, impacto social y propósito. “Las estrategias patrimoniales deben evolucionar, incorporando criterios ASG en las inversiones, herramientas de inteligencia artificial para análisis predictivo y tecnologías como Open Finance para optimizar el acceso a la información financiera”, concluye Mauricio Rodríguez.
Este cambio no es solo tecnológico, sino cultural, y exige asesores que comprendan a fondo las dinámicas familiares, los marcos legales y las herramientas de inversión global. Desde Protección se enfatiza que construir un legado no es un acto automático, sino una decisión estratégica que requiere tiempo, diálogo y visión. La riqueza puede ser transitoria, pero un legado bien estructurado tiene la capacidad de perdurar y generar impacto a lo largo del tiempo.