Deceso, defunción, expiración, fallecimiento, óbito suele denominarse desde la formalidad y la Parca, calavera, algunos dicen “pasó a mejor vida” otros “colgó los guantes” y hasta fiambre. Sea como sea que la denominen, nadie, aunque diga que sí, está verdaderamente preparado para ese paso en el que nos despedimos definitivamente de lo que somos y pasamos a ser vaya a saber qué o absolutamente nada más. Todo un tabú al que los invito.
En Latinoamérica, aunque nadie tenga la respuesta, cada vez suceden más muertes evitables. La ausencia del estado genera diariamente una demostración evidente de la falta de valoración de la vida. Esta columna es un grito desesperado para que se la comience a salvaguardar más, a toda edad, grupo o estrato Por eso, te invito a leerme.
Es alarmante: según Indepaz, desde que asumió el gobierno potencia mundial de la vida, en lo que va de 2024, ya hubo 20 líderes, lideresas y defensores de DDHH asesinados, 11 masacres y 5 firmantes del tratado de Paz también ultimados. En 2023 reportan la insoportable cifra de 300 víctimas y 93 masacres, mientras que en el 2022 desde el 7 de agosto hubo 115 pérdidas.
¡La Fundación Pares nos aporta que en 2023 hubo más de un feminicidio por día! Hagan la cuenta… El Sistema de Vigilancia en Salud Pública informó que, al menos, 246 niños menores de 5 años murieron en Colombia durante el 2023 por desnutrición aguda. Entristece y da mucha rabia. Me estaba olvidando de agregar las más de 8 mil personas muertas por accidentes viales. ¡Todo e-vi-ta-ble!
Estaba en un almuerzo con unos amigos y no sé cómo se pusieron a hablar de este apasionante y relegado tema. No fue acerca de la negligencia estatal ni estadística la charla, sino más bien filosófica. Hace falta mucha sensibilidad y claridad para abarcar todas las ideas, prejuicios y falta de predisposición. Pero de algo estoy seguro, agradezco que lo hayan tirado inesperadamente sobre la mesa porque madurarlo, es señal de respeto por los que nos aprecian.
Que el organismo deja de funcionar de un momento para otro y que nadie sabe cuándo, es lo único indiscutible. Y a partir de esta inevitable verdad, me pareció una extraordinaria oportunidad para meditar sobre la importancia de valorar y disfrutar el tiempo que pasamos con quienes amamos y con quienes compartimos muchos momentos en la vida.
Se devele el misterio o enigma alguna vez, mientras analizamos el párrafo anterior, algunas religiones creen, como aporte a todas las dudas que esto genera, en la reencarnación, otras creen en la vida eterna, mientras que se ha ido ritualizando de diferentes maneras, en las múltiples culturas del mundo, todo tipo de tradiciones y creencias relacionadas con la muerte y el duelo desde lo espiritual y filosófico.
Dicen que dijo el poeta y periodista francés Teófilo Gautier que “Nacer es comenzar a morir” y me parece una estupenda verdad desde donde se puede partir. Sabemos que desde el momento en que salimos del vientre de nuestras valientes madres ya estamos más cerca día a día del momento de adiós definitivo. La frase de Montaigne al respecto me gusta también: “Quien enseña al hombre a morir, le enseña a vivir”.
Ojalá comiencen a disminuir YA los decesos prevenibles. Me gustaría que se abrace en vida y que no lleguen tarde las valoraciones y aplausos. Honrar a los muertos por supuesto también, claro que sí, pero como decía la poeta mexicana Ana María Rabatté «En vida, hermano, en vida».
Ya nos pasó con la pandemia del Covid que nos agarró a todos mirando para otro lado mientras perdíamos seres queridos. Los invito a hablar de la muerte e intentar amigarnos con esta compañera inoportuna. Sea para facilitar una planificación anticipada o para fomentar la comunicación abierta en la familia y la comunidad. Mientras tanto, vos que me leés, si podés hacer algo para disminuir toda víctima evitable, abramos bien los ojos y generemos más acciones para lograrlo.
—
Por: Caly Monteverdi
Twitter @Calytoxxx