Periodista, arte o profesión

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A propósito del Día del Periodista, que tradicionalmente celebramos el 9 de febrero, vale la pena hacer algunas reflexiones sobre el desarrollo de esta labor, las actuaciones responsables de la gran mayoría y el desprestigio de la actividad periodística.

Desde que la  Corte Constitucional de Colombia derogó la legislación que imponía el otorgamiento por parte del Estado de una «tarjeta profesional» como condición para el ejercicio del periodismo, se minimizó la profesión y esto se refleja con la entrada en vigencia de nuevos talentos que sin quitarles su mérito, se dedicaron a trabajar en los medios incluso sin salario, solo por el gusto de figurar en los medios de comunicación. Poco a poco ese gusto se convirtió en su plan de vida y muchos de éstos se dedicaron a vender al mejor postor diversos espacios y a desprestigiar con su accionar dicha labor.

La Corte Constitucional invocó el derecho a la libre expresión establecido en el artículo 20 de la constitución, para derogar el Estatuto del Periodista (Ley 51 de 1975). Y es cierto, todas las personas gozamos del derecho a la libre expresión, pero ese derecho ha mantenido en muy malas condiciones al periodismo. Hoy en día, no basta con contar con el  título de comunicador, para lograr estar en buenas condiciones salariales en el mundo laboral, se necesita “vender” si, comercializar publicitariamente a favor del medio y del trabajador mismo. Me pregunto entonces, porque los comunicadores o periodistas no pueden tener las condiciones laborales y salariales de otro profesional, como el abogado o el contador público, si los periodistas cumplen un papel tan importante que no caduca, pues la información se renueva con cada día que comienza. La libertad de expresión se debe respetar desde luego, pero el trabajo del periodista, es que ¿no merece respeto?

Titulé esta columna de opinión, “arte o profesión” en razón a que alguien con algún talento específico desarrolla cualquier arte por afición, gusto, o pasa tiempo, resultando su trabajo agradable, pero en ocasiones no tan competitivo. La profesión es aquella que se deriva de la preparación, la experiencia, responsabilidad, ética y seriedad y, es allí donde nos corresponde analizar en qué posición están los comunicadores en la provincia, trabajamos por gusto, porque suena bonita la voz, porque tiene buen cuerpo y es buena moza, o porque existen los preceptos académicos, éticos,  teniendo como base la responsabilidad de lo que se informa, con lo que se incide de forma directa en el desarrollo de los territorios.

Mientras un periodista estudia 5 años, hace un año de práctica y cuenta con la venia política de alguien para canalizar algún buen trabajo, en otros escenarios hay quienes por pocos pesos se echan al hombro el deber de informar aunque no sea de forma responsable.  Se trabajan más de las 8 horas al día, todos los días de la semana, no hay festivos o dominicales ni mucho menos vacaciones, y aun así, es la profesión peor pagada de Colombia.

Con todo y eso, quienes amamos y respetamos la profesión, estamos convencidos que con nuestro actuar responsable demostramos en qué lugar de la balanza está nuestro trabajo periodístico; en un arte, o en una profesión.

Por: Gisela Hurtado Celis – giselahurtadocelis@gmail.com

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