Iniciemos por familiarizarnos con el término “Parlay” que, dentro del mundo de las apuestas, se refiere a una modalidad combinada, que consiste en agrupar una serie de eventos, los cuales formarán una apuesta única.
Considero menester, antes de continuar el análisis objetivo de mi ejercicio, sin querer satanizar las apuestas como tal, establecer que son causantes de la degradación de muchas actividades y la manipulación para el beneficio de picaros, que, sin escrúpulo alguno, sobreponen su avaricia a prácticas de competencia sana.
Después de lo citado anteriormente, hagamos un paralelo a la situación actual de nuestro territorio patrio, que atraviesa una cantidad de situaciones que están siendo usadas y manipuladas por una serie de personajes, con el objetivo final de imponer su ley y obtener una victoria democrática futura, a partir de la mentira, el engaño y la falsedad. Es que, como apostadores sin corazón, están empeñados en que los resultados en diversos sectores sean negativos, sin importar que el pueblo sea afectado, con el único fin, de que su parlay sea premiado con un apoyo en las urnas.
Sin ser explicito en quienes son los traidores de la filosofía estadista, debemos decir que existe en Colombia un grupo, terrible por demás, que quiere que seamos un estado fallido, que la economía se vaya al traste, para traer sus tesis mesiánicas, que la educación no progrese para que el pueblo inculto y manipulado elija a su acomodo, que las reformas fracasen para que el pueblo rechace el actual gobierno; no les interesa que se mejore la salud y el empleo, por el contrario, con su actuar buscan que estos aspectos sean vistos como un rotundo fracaso para que irremediablemente, se tenga que regresar el poder a quienes lo ostentaron en épocas pasadas, ahora con la promesa de ser eficientes, pulcros, diáfanos, participativos y con un enfoque humanista y social que jamás mostraron cuando eran quienes tomaban las decisiones.
Este “parlay infame” al que, apuesta una clase dirigente egoísta, es la explicación al por qué, solo se concentran en demostrar que las cosas van mal y a enfilar toda su maquinaria sin escrúpulo alguno para que todo proceso gubernamental fracase.
El tiempo será el encargado de decir quien tenía la razón y es el mismo, quien quitará las mascaras a los apostadores en favor de la miseria en Colombia.
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Por: Carlos Andrés Facundo Ortega
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