Esta semana, o la siguiente, se reactiva, en la Cámara de Representantes, el segundo debate en plenaria de la reforma a la salud. Hace casi dos semanas, se aprobó en primer debate en la Comisión Séptima de la Cámara, luego de una intensa discusión y muchas reservas.
En ese primer debate, congresistas del Pacto Histórico, Alianza Verde, Comunes, un parlamentario de las curules para las víctimas, así como algunos representantes de la U y liberales, respaldaron el proyecto del gobierno, mientras que conservadores, Centro Democrático y Cambio Radical se fueron por el “no”.
Hay una eventual finalización de respaldo a esta reforma del Presidente de la República, porque el Partido Verde, afín al gobierno, la semana anterior, presentó una proposición de archivo de esta reforma.
Este malestar se suma a las distintas proposiciones de transformación y ajustes presentados en la agitada agenda del debate por sectores médicos y científicos, pacientes y usuarios, partidos políticos de gobierno y de oposición, y muchas agremiaciones en el país.
Hasta ahora el texto que ya pasó el primer debate, pareciera mas una colcha de retazos con nada de argumentos técnicos y mucho de incertidumbre en su sostenimiento financiero.
Hoy el ambiente en general parece de incertidumbre, ambientado también por el llamado a marchas realizado por el mismo presidente, a apoyar sus diversas reformas; pero, enlodado por los escándalos que son materia de investigación por presunta corrupción de funcionarios cercanos al presidente.
Como en casi todos estos escenarios, quien lleva las de perder siempre es el pueblo. El ciudadano de pie que reconoce que en el sistema de salud sí hay requerimientos de mejora, pero que no se necesita destruir lo construido en 30 años para presentar un absoluto cambio. Muchos colombianos advierten que sería mejor corregir problemas y fortalecer lo que sí funciona.
Los 5 pilares del proyecto de reforma a la salud giran en torno a que los recursos públicos de la salud sean administrados por el Estado; fundamentar en el sistema la atención primaria en salud; consolidar un régimen especial laboral para trabajadores y trabajadoras de la salud; que la atención en salud se relacione con políticas públicas en torno al agua, medio ambiente, cultura y soberanía alimentaria; y construir un sistema público de información en línea para garantizar la transparencia de los recursos.
Veremos esta semana qué sucede, y si la salud del pueblo colombiano enferma más, se recupera, o se condena a agravar. Tu salud y la mía, es nada más y nada menos lo que se debate entre nuestros respetables congresistas esta semana. Rogamos porque con suficiente rigor técnico científico, el Congreso haga su función.
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Por: Jhon Charry
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