En la ciudad capital del departamento del Huila, llamada desde hace un tiempo con la marca internacional “Vida y Paz”; pues primero que todo de Paz no tiene nada y de vida digna pues ni que hablar, solo brilla la inseguridad por doquier, ese es el panorama desolador en nuestro querido territorio.
Los ciudadanos de a pie cada vez se sienten más inseguros, debido a la cantidad de hurtos que se registran a diario, y eso que sin contar todos los delitos que se quedan sin denunciar debido al precario sistema judicial que padecemos los colombianos.
La percepción de inseguridad es grandísima entre los neivanos, ya ni en la propia casa se puede estar seguro, y ahora no me vayan a salir con el cuento como la campaña “NO DE PAPAYA” que eso si fue un fiasco total, en pocas palabras a las autoridades les hace falta amarrarse los pantalones.
Y es que la primera autoridad debe pedir resultados concretos a la Policía Nacional, que sean efectivos, pero sin falsos positivos, ahora no es que con tal de mostrar su buen actuar se vayan en ristre a realizar puestos de controles por doquier, no es que tenga nada en contra de la institucionalidad aunque sin duda alguna más de un uniformado no debería estar prestando sus servicios debido a la falta de formación y de efectividad.
Pero es que ya nos cansamos de tener que soportar toda esta manada de delincuentes que cometen sus fechorías y gracias al sistema de justicia que tenemos ya en un par de horas están en libertad.
Señor comandante de la Policía Metropolitana de Neiva es hora de acabar con estas organizaciones delincuenciales, se deben crear estrategias que conduzcan a las capturas de estas personas que están acabando con la tranquilidad de los ciudadanos. Muchos de sus efectivos tienen pleno conocimiento de estos facinerosos y de las cuevas donde se esconden y planean sus actividades delictivas.
Ahora amanecerá y veremos si es que no nos roban en esta ciudad donde en cada esquina asechan como el gato al ratón, esperando la oportunidad y sin frialdad alguna terminan cometiendo sus fechorías.
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Por: Camilo Barbosa Jiménez – cristianbarbosa92@gmail.com
Twitter: @camilobarbosa92