Apartándonos de los debates políticos, es importante empezar a realizar análisis económicos, a las nuevas reformas laborales que están en camino de ser aprobadas.
Tomaremos como referencia una de las actividades económicas, que históricamente y a nivel mundial genera más empleo: el sector turístico.
Si bien es cierto una de las grandes falencias del sector es la informalidad, hay que revisar si este nuevo «paquete» de medidas, que sin lugar a duda benefician a los trabajadores formales, realmente incentiva en el pequeño empresario, dar ese paso a la formalidad laboral que siempre han esquivado.
Agencias de viajes y tours operadoras, emprendimientos de Alojamiento, alimentos y bebidas, bares y sitios de entretenimiento, y todos aquellos pequeños negocios que pertenecen de manera directa o indirecta al clúster turístico, empiezan a hacer sus cuentas.
La atención al turista en esta industria, no puede modificar sus horarios, ni su temporalidad, y si o si, tendrán que ajustar sus costos laborales a los nuevos recargos nocturnos, dominicales y festivos; ya que este es el periodo de mayor operación dentro de su lógica empresarial; y lo más probable es que dichos costos se trasladen al cliente, generando destinos con una oferta más costosa y menos competitiva
No sé trata de una postura política, de una ideología de equidad o de una lucha de poderes, tan solo se refiere a sumas y restas que deben estar haciendo los pequeños empresarios del sector, y que son quienes mueven más del 80% de la actividad, principalmente en destinos emergentes, que aún no logran los niveles de turistas esperados, para lograr un equilibrio económico sustentable.
Esperemos que las cuentas de los diferentes expertos, que desde sus escritorios o la academia, plantean sus posturas, empiecen a develarse, y que ojalá no vayan en contravía de las cuentas que hacen los empresarios a punta de «papel y lápiz», pero con el conocimiento de causa de una realidad económica que no les ha favorecido a lo largo de la historia. Prueba de ello es la alta mortalidad micro empresarial, que siempre ha sido una constante en la economía colombiana.
Ojalá estos nuevos beneficios a los trabajadores de Colombia; que más que merecido se los tienen; no sean el preludio de una profecía utópica que nos «vende» la idea errónea de que se pueden generar más empleos, con menos empresas.
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Por: Hugo Andrés Rivera Collazos
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