Por estos días ha generado gran expectativa el anuncio del crecimiento de los resultados de la actividad turística en Colombia, inclusive alcanzando cifras y resultados en los que superan actividades que tradicionalmente lideran estos rankings como el Café, el Carbón o el Petróleo.
Según las estadísticas del sector, el país recibió entre enero y marzo de 2025, el país recibió US$2.865 millones por turismo, 12,9 % más que en el mismo trimestre de 2024 y 62,8 % más que en 2019.
Bogotá con 24,3 millones de viajeros, Medellín con 7,2 millones y Cartagena con 4 millones, durante enero a marzo, son las ciudades que lideran este ranking que nos llena de emociones.
Y es que celebramos que se está cumpliendo la «profecia» de lograr reemplazar en el paí, la que pensábamos inalcanzable riqueza minero energética, ya que el turismo acecha los resultados que traen este tipo de actividades, con la expectativa de convertirse en una de las principales actividades económicas que generan divisas para Colombia; proyecciones en las que hasta el Café está sintiendo el rápido crecimiento de la industria sin chimeneas.
Según la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes (Anato), el turismo ya genera más divisas para el país que las exportaciones de café y carbón juntas, y está a punto de alcanzar al oro negro: el petróleo. (Fuente el espectador)
Este mismo panorama en paralelo hay que analizarlo con algunas que rondan por estos días de incertidumbre, las actividades minero energéticas.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), las exportaciones colombianas llegaron a US$4.121 millones FOB en abril, lo que representa una caída de 6,5 % en relación con el mismo mes de 2024.
La baja está relacionada, especialmente, con la disminución de 33 % en las ventas del grupo de combustibles y productos de las industrias extractivas. Dentro de este grupo, el carbón tuvo una baja de 37,5 %. (Fuente el espectador)
Este comparativo en cifras y estadísticas nos ayuda a hacer un análisis más objetivo de los resultados:
– Primero, no es prudente para el desarrollo económico del país, celebrar el crecimiento de una actividad económica, como consecuencia del desaceleramiento de las actividades con las que se compara. Esto es casi tan inverosímil, como querer reducir las cifras de criminalidad, queriendo sacar de las «listas» de delitos algunos de ellos.
– Segundo, hay que revisar muy bien el impacto del crecimiento turístico en los destinos emergentes del país, no todos tienen la fortuna de recibir esta «oleada» de turismo extranjero, que no es generalizada en el país, y solo se enfoca en algunas ciudades específicas.
– Y, por último, no podemos seguir inflando las cifras, comparando el crecimiento de cualquier actividad económica, con la referencia del período de Pandemia, cualquier comparación que realicemos con ese periodo carece de un contexto equitativo para poder aseverar grandes resultados.
El llamado es a reflexionar con mayor objetividad sobre los resultados, y no caer en las trampas de un análisis estadístico a conveniencia.
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Por: Hugo Andrés Rivera Collazos
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