El consumo per cápita de carne de cerdo en Colombia aumentó en 6,9 kg entre 2015 y 2024[1].
Los avances en la formulación y combinación de vacunas han optimizado los programas de inmunización, reduciendo la necesidad de múltiples aplicaciones.
Mientras los sistemas de producción porcina en Colombia avanzan hacia modelos más tecnificados, la industria enfrenta el reto de responder a una demanda creciente sin sacrificar la eficiencia ni el bienestar animal. En la última década, el consumo per cápita de carne de cerdo en el país prácticamente se duplicó, pasando de 7,8 kg en 2015 a 14,7 kg en 20241.
Esta tendencia, sumada a las dinámicas globales de innovación y manejo sanitario, ha llevado a los productores a estructurar sus operaciones de forma más estratégica e incorporar soluciones que respondan a los desafíos de productividad y sostenibilidad del mercado actual[2].
Juan José Fresan, Head of Animal Health Colombia y Venezuela, Boehringer Ingelheim, comentó: «Nuestro compromiso es brindar soluciones innovadoras que faciliten el trabajo de los porcicultores y promuevan el bienestar animal. Al ofrecer herramientas avanzadas, buscamos que los productores cuenten con las mejores opciones para proteger la salud de sus cerdos y optimizar sus procesos. La adopción de estas innovaciones fortalece a la industria porcina colombiana en su conjunto, mejora la calidad de la carne, incrementa la eficiencia en la producción y contribuye a la sostenibilidad del sector”.
La carne de cerdo se ha consolidado como una fuente clave de proteína para los colombianos. Este crecimiento en el consumo exige un enfoque estratégico en salud y bienestar animal, bioseguridad y producción responsable. En este contexto, la vacunación desempeña un papel fundamental. Los productores valoran especialmente las soluciones que contribuyen a mejorar la productividad y el desempeño ambiental, estableciendo programas eficientes de prevención y control de enfermedades.
Por ejemplo, se observa innovación en esquemas vacunales flexibles, que permiten aplicar dos biológicos en una sola inyección, facilitando el manejo en granja y reduciendo la manipulación de animales, lo que disminuye situaciones de estrés2. Además, la bioseguridad como eje estratégico, junto con la integración de procesos productivos, está transformando la forma de producir cerdo en Colombia. Todo esto permite responder mejor a las exigencias del mercado, respecto a salud y bienestar animal.
La mezcla fresca de vacunas permite una inmunización más eficiente, contribuye directamente a mejorar los indicadores productivos, fortalecer los protocolos de bioseguridad y avanza hacia modelos de producción más sostenibles2,[3].
Además, los avances en la formulación de vacunas han simplificado los procesos para los equipos veterinarios y técnicos, reduciendo la cantidad de residuos generados y facilitando una respuesta más oportuna frente a posibles riesgos sanitarios.
Esta eficiencia operativa, sumada al enfoque en bienestar animal y la evolución hacia sistemas productivos más responsables y adaptativos, está impulsando una transformación profunda en la porcicultura colombiana. La incorporación de soluciones innovadoras no solo optimiza la producción, sino que también posiciona al sector como un actor clave en el desarrollo del agro en el país.
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[1] Porkcolombia. Estadísticas sectoriales (s. f.). Estadísticas preliminares. Recuperado de https://porkcolombia.co/estadisticas-sectoriales/
[2] Bahlmann, J. (2020). Swine producer needs for fresh on-site mixing of PCV-2 / M.hyo vaccines in USA, Germany and China. Proceedings IPVS 2020, Rio de Janeiro, p. 680.
[3] AMVEC. (2007). Vacunología en la Medicina de Porcinos. Recuperado de: https://www.amvec.com/memories/memorias/2007/2007_005.pdf