El Cutting o auto lesión, se ha convertido en uno de los comportamientos más frecuentes en los adolescentes, jóvenes y adultos; sus motivaciones, lograr alivio al dolor emocional, simpatizar o imitar conductas de sus pares, querer tener el control de las emociones y en ocasiones el repentino deseo de morir.
En Colombia aún no existen estudios completos que registren con claridad la prevalencia de esta conducta; sin embargo, la presencia de este tipo de comportamientos cada vez es más frecuente.
Es necesario abordar esta problemática con mucha más responsabilidad, misma que debe nacer de esa información precisa que han de suministrar profesionales y entidades de la salud mental, con el objetivo de reconocer las conductas de carácter autodestructivas que aquejan a adolescentes, jóvenes y adultos y que representan un intento por controlar sentimientos como la ira, el odio o el sufrimiento emocional intenso.
El SELF CUTTING suele iniciar con heridas superficiales realizadas con agujas o perfiladores, hasta llegar al uso de objetos corto punzantes como navajas o cuchillos, en zonas del cuerpo como brazos, muñecas, ingle y piernas.
En cuanto a los factores de riesgo se cuenta con una variación amplia que depende de la vulnerabilidad de cada persona, factores sociales como la violencia intrafamiliar, abuso sexual; así mismo, factores psicológicos como la baja autoestima, inmadurez emocional, impulsividad, baja tolerancia a la frustración, depresión y ansiedad.
El SELF CUTTING, estigmatiza, marca el cuerpo y la psiquis de quien lo practica, culpabiliza y frustra a familias, docentes y demás personas que lo evidencian, es definitivamente necesario buscar apoyo profesional en salud mental, es infinitamente necesario abordar esta problemática desde las prácticas liberadoras que permitan reconocer la vulnerabilidad emocional presente en nuestra sociedad y la importancia de reconstruir ese vínculo protector, tan maltratado por esa apariencia de vida que ha venido restando la capacidad innata que tenemos los seres humanos para afrontar las dificultades propias de la existencia.
La invitación es a que busquemos esas estrategias que permitan reconocer nuestras debilidades, sin miedo a afrontarlas, analizarlas y tratarlas; es trabajar constantemente, para apoyar y acompañar a nuestros hijos, aquí y ahora, se enfrentan a tiempos difíciles, con expectativas sociales en un gran porcentaje inalcanzables; es el momento de abordar con decisión, los cambios que cada individuo necesita para fortalecer emocional y psíquicamente a esta sociedad ansiosa.
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Por: Angela Osorio – angelaosorio201132@hotmail.com
Psicóloga Especialista en Gestión de Procesos Psicosociales y Terapias de Tercera Generación en Psicología Clínica.