El triunfo de la gente, Lara alcalde

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John Hammer Leon CuellarNunca antes se había visto tanto fervor en las calles y barrios de Neiva, por un candidato que encarna el deseo de miles de neivanos de ver otro modelo de gobierno.

Cualquiera creería que esto solo lo entienden los de estrato medio y alto donde se concentra más el voto de opinión, pero lo cierto es que Rodrigo Lara Sánchez logró también llevar su mensaje a los estratos 1, 2 y 3, a las comunidades donde muchas veces han triunfado la corruptela, el desfile de dinero y de recursos públicos manchando el futuro y condenando a la miseria.

Y es que el modelo de gobierno que propone el médico Lara Sánchez, parte de una premisa sencilla y realizable: transparencia en el manejo de nuestros recursos públicos para que se vea la inversión en todos los estratos y sectores de la ciudad donde las necesidades si bien son distintas, han venido siendo feriadas y aplazadas por las malas administraciones.

Con una obra de una administración corrupta, se pueden llevar a cabo tres de una administración decente. Porque en la corrupta no importa que el presupuesto sea público, allá no hay respeto por el impuesto que pagamos todos y las mafias clientelistas siempre están al acecho. Mientras que en una administración decente, se valora ese tesoro llamado erario público y más cuando desde campaña, candidatos como Rodrigo Lara, construyen con la comunidad luego de meses de recorrido y mesas de trabajo, un programa de gobierno diseñado para que Neiva de un salto a un futuro merecido hace muchos años.

Así han hecho algunos gobiernos en Colombia. Y ese despertar de ciudadanos que votan por propuestas decentes, como en Bogotá con Mockus y en Medellín con Fajardo, ahora llegó a Neiva. Con Rodrigo Lara, se ha logrado motivar a los abstencionistas, al creciente voto de opinión (independientes, academia, empresarios, funcionarios, líderes comunitarios, gremios, profesionales), y a sectores de diversos partidos políticos que también se sumaron en esta recta final comprendiendo el reto de asumir una transformación de una ciudad como Neiva, para convertirla en un territorio próspero de ciudadanos que exigen mucho más de sus dirigentes.

Los problemas de Neiva son tan grandes, que ya el voto tamal, el voto cemento, el voto orquesta, voto pago del recibo, el voto parranda o el voto vendido por cualquier otra dádiva, no alcanzan a elegir a candidatos de la corrupción. Hoy los ciudadanos mayoritarios son los que quieren un gobierno que se concentre en invertir y administrar bien los impuestos de la gente. Son esos ciudadanos los que ya se están convirtiendo en las mayorías electorales presentes en todos los estratos de la ciudad y que están acompañando a Rodrigo Lara.

Cuando está en juego lo fundamental, como lo es el abastecimiento de agua en la ciudad, la inseguridad creciente, la pobreza alarmante, la intolerancia y manifestación de violencias de todo tipo, el futuro de entidades como EPN carcomidas por la corrupción, nuestras fiestas populares envilecidas y mal administradas, el monopolio de contratos de concesión para encarecer la vida, el acabose de pulmones urbanos y nacederos de agua por la construcción de planes de vivienda sin control, el mal manejo de crecientes conflictos sociales como el mototaxismo y la informalidad, cuando se hace invivible la ciudad de este modo, es necesario no elegir a los mismos para esperar resultados distintos. Eso ya lo tiene claro la ciudad.

De hecho los estratos más vulnerables, cansados de la promesa incumplida, hoy practican el revanchismo electoral: le reciben al corrupto la dádiva porque interpretan que ya ese dinero es suyo debido a que ha sido saqueado del erario público o va a ser usurpado durante el gobierno, y le votan al que consideran tiene la mejor hoja de vida.

Los neivanos ya entendieron que en la búsqueda de votos, feriar los derechos a una vivienda digna, a una educación, a una salud de calidad, a un trabajo, son prácticas que agreden la dignidad de la gente, porque de eso se trata precisamente estas elecciones, de elegir al candidato que no prometa lo que debe hacer por ley, sino que promueva un verdadero progreso y un desarrollo sostenible donde todos ganen.

A eso le apuesta el candidato de la alianza verde, Rodrigo Lara Sánchez, quien volvió público un rico discurso político de honestidad y transparencia en el ejercicio del poder, generando una pésima reacción de los que quieren más de lo mismo en nombre de la democracia y que pretenden seguir llenando su insaciable opulencia mafiosa repleta de corruptos y agentes corruptores y hasta nombrando a Dios como testigo para disfrazar de credo lo que es detestable.

Se pudo confirmar en esta campaña, que cuando el triunfo de la gente se acerca, se revelan las más viles estrategias de los oscuros, una red de corrupción en todos los sectores, un cáncer que impide la buena salud de la ciudad y que pudre todos los días el florecimiento de un nuevo desarrollo.

No es para menos. El reto es marcar un alto nivel de gobierno para que los próximos candidatos y alcaldes, no se les ocurra retroceder en la presentación de sus propuestas y hojas de vida y en la administración de los recursos públicos. Eso desde ya es un triunfo, no sólo de Lara, sino también de la gente.

Por: John Hammer León Cuéllar – johnhammerl@yahoo.es 

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