No cabe duda que la oposición de turno, en el primer año del cuatrienio de Gustavo Petro, ha hecho su trabajo con mucha dedicación y juicio, buscando la manera de menoscabar la fuerza del mandato, haciéndolo ver como un periodo de gobierno generador de crisis, que a la vez avanza empañado por actuaciones grises o turbias de personas demasiado cercanas al alto ejecutivo.
Y es que todos los días despertamos con cantos de sirena emitidos por los medios de comunicación al servicio de la mencionada oposición, quienes, con una disciplina única y particular, generan información que confunde a la ciudadanía y en medio del barullo que ellos mismos arman, logran generar malestar e incomodidad en toda la población.
Y es que precisamente, pareciera que los más cercanos estuvieran de parte de los contrarios, porque son ellos los encargados de generar polvaredas que terminan siendo caldo de cultivo para los medios, quienes mantienen las fauces listas, con los molares afilados como cuchillos de acero de Damasco, para entrarle sin compasión a su presa.
Por ejemplo, el escándalo de Laura Sarabia que terminó en una disputa con Armando Benedetti y que les costó la cabeza a ambos, pero que además dio como resultado la trágica muerte del oficial de la Policía Nacional, Óscar Dávila, coordinador de protección anticipada de la Presidencia, ha sido de los bullicios más comentados de los últimos meses.
Y qué decir de la metida de patas de Nicolás Petro, quien afronta cargos por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de activos, mientras que su exesposa, Daysuris Vásquez, está siendo investigada por presunto lavado de activos y violación de datos personales. ¡Háganme el bendito favor!, antes el presidente demuestra tranquilidad ante tanto caballito troyano.
Y ahora, como para ponerle más fuego al candil, sale Juan Fernando Petro, hermano mayor del Jefe de Estado, con una sarta de cosas que encendieron la polémica en todos los noticieros, en la prensa nacional y en las redes sociales, por las aseveraciones según las cuales el presidente supuestamente padecería del Síndrome de Asperger; la verdad no entiendo cuál es el objetivo de todos estos desaciertos, no creo que tanta torpeza sea casualidad.
Precisamente ante las declaraciones de Juan Fernando, y conociéndose tan poco de la mencionada anomalía, quise investigar un poco sobre ésta, así que consulté en la página web del Johns Hopkins All Children´s Hospital, en la que encontré que el Síndrome de Asperger es un tipo de autismo.
El trastorno debe su nombre a Hans Asperger, un pediatra vienés que, en 1944, describió por primera vez un conjunto de patrones de comportamiento presentes en algunos de sus pacientes, mayoritariamente de sexo masculino. Asperger observó que, si bien estos niños tenían una inteligencia y un desarrollo del lenguaje normales, presentaban serios problemas en las aptitudes sociales, no podían comunicarse bien con otras personas y tenían problemas de coordinación. Así las cosas, no creería yo tal afirmación, pensaría que lo de Juan es otro caso de fuego amigo.
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Por: Hugo Fernando Cabrera – hfco72@gmail.com
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