Si hay algo característico de los argentinos es su considerable ego, o por lo menos esa es la percepción que se tiene y la fama que ellos poseen, aunque muchas personas dicen que no es cierto y otros lo corroboran con efusión.
Como la vida está colmada de sorpresas insospechadas, de situaciones que no se esperan y de momentos impredecibles, el destino quiso que un porteño terminara convirtiéndose en ciudadano huilense.
La mayoría de comunicadores sociales tienen como cualidad especial una maravillosa capacidad de relacionarse fácilmente, algo propio de su profesión, aunque algunos comienzan así y luego se esponjan como sapos toreados ante un efímero buen momento, luego vuelven a su estado normal, y no son argentinos.
Caly Monteverdi en esas idas y venidas propias de esta magnífica profesión de comunicador se dejó enamorar de una linda neivana, quien con sus encantos de mujer opita conquistó su corazón y atraído por ella viajó a la tierra de las achiras, el café especial, la cholupa y el Doble Anís, dejándose seducir aún más por este hermoso valle del Magdalena.
Son ya trece años compartiendo su vida al lado de una destacada galena egresada de la gloriosa Universidad Surcolombiana, especialista en medicina interna y con amplios estudios en el manejo de enfermedades como la diabetes.
Caly estudió su pregrado en la Universidad del Museo Social Argentino “UMSA” en Buenos Aires y comenzó su vida laboral trabajando en medios deportivos para luego pasar a medios tradicionales, compartiendo con figuras destacadas del periodismo como Jorge Lanata (Q.E.P.D.). Fue asesor para organismos del estado, la presidencia de Argentina, para la auditoría general, entre otros.
Actualmente, y desde hace varios años se desempeña como asesor estratégico y creativo freelance. Es un estudioso de la neurocomunicación y de la comunicación estratégica en salud. Es conferencista internacional sobre temas como la comunicación asertiva y empática, y comunicación en momentos de crisis. Combina su pasión por la programación neuro lingüística (PNL) con la fotografía, con lo cual logra enriquecer sus proyectos.
La verdad es que es de esos argentinos buena gente, aunque es directo, irreverente, franco y muy poco adulete o lambón (esto a lo mejor no les gusta a algunas personalidades acostumbradas a que se hinquen a sus pies), pero es formal y todo un caballero.
Desde hace un tiempo funge como columnista de opinión para importantes medios de comunicación manteniendo una columna semanal finamente escrita, abordando disímiles temáticas, razón por la cual tiene una gran cantidad de lectores fieles a ella, sé que es así, yo también lo leo frecuentemente.
Adenda:
Artefactos explosivos a las afueras de la Asamblea Departamental del Huila, en las narices de la Gobernación y enseguida de la sede principal de un importante banco al que asisten centenares de personas diariamente, es más que preocupante. No creo que sea para espantar lagartos; ¡Ojo con eso!
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Por: Hugo Fernando Cabrera – hfco72@gmail.com
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