Quiero precisar que el enfoque de esta columna no trata de un análisis a profundidad sobre las drogas, si son buenas o malas -personalmente creo son terribles-, si su uso se debería o no permitir, si deberían legalizarse o no, etc.
Simplemente pretendo hacer un análisis desde el punto de vista del gran negocio de las drogas y la posición asumida por Colombia que, desde mi perspectiva, ha sido absurda, y seguramente, lo seguirá siendo.
Hace rato Estados Unidos es el principal productor de marihuana en el mundo, se estima que tiene más del 30% de la producción mundial. El negocio y la industria de la yerba es el de mayor crecimiento y rentabilidad en ese país.
Desde la década pasada dicha industria es más importante que el maíz o cualquier otro producto agrícola. Hoy día, solo 6 estados no tienen leyes al respecto, en los 44 restantes es permitida alguna forma de uso y en muchos, no solo es medicinal sino también recreativa.
El negocio es un boom, en la Costa Oeste como en todos lados encuentras cervezas, bebidas, brownies, chocolates y por supuesto, porros y medicinas, hechos a base de marihuana, para el 2016 más de 30 mil empresas se dedicaban a esta actividad.
Se estima que el mercado de la marihuana en Estados Unidos es cercano a los 6 mil millones de dólares y puede llegar prontamente a los 37 mil, para referencia, el mercado del café en Colombia no alcanza a llegar a los 3 mil millones.
Pero los gringos no se han quedado solamente en el negocio local, ya por nuestra oficina de abogados hemos asesorado varias empresas canadienses y americanas que han llegado a Colombia tras los permisos para uso medicinal que les dieron hace un par de años, y sus excelentes estrategias para apoderarse del mercado colombiano, mientras que nosotros con esa visión parroquial y doblemoralista, impuesta por los mismos americanos, seguimos invirtiendo ingentes recursos para “la lucha frontal” contra la erradicación de cultivos ilícitos contra “la yerba que mata”, ¡no vaya y sea que el señor Trump nos descertifique!
Imagino la risa burlona de los gringos cada vez que leen las noticias sobre nuestras incautaciones de marihuana y ven, a pesar de las grandes oportunidades que para dicho negocio ofrece el postconflicto, nuestra absurda posición como país, y cómo ellos se quedaron con un negocio que, prácticamente, inventamos los colombianos.
No tardarán muchos años en monopolizar el de la cocaína y cuando lo tengan hecho, nos dirán que ahora sí es legal y claro, ellos nos la venderán. Ahí es cuando extraño que no tengamos un presidente como Mujica, el uruguayo, que tuvo los pantalones para legalizar el uso de la marihuana tal cual lo hizo USA y acabó así gran parte de los problemas de su país frente a las drogas.
—
Por: Diego Muñoz Marroquín – diegom@munozab.com
Twitter: @diegomunozhuila