Una idea para masticar: la mesa de Paz – II Parte

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Los niños

Con niños pequeños, se puede esperar un desorden de algún grado. El agua se riega por la mesa y por el piso, o tal vez su hijito no tuvo su siesta y esta malgeniado, una cuchara usada como catapulta para mandar a volar unas habichuelas. Siempre recuerda que su hijo/hija es un niño/niña y tú no. No te sorprendas que él o ella actúen como una personita de su edad, mejor controla tus propias emociones y actúa como un adulto.

Eso significa poner todo en perspectiva antes de reacciona, más específicamente no reacciones, responde.  En vez de gritar a tu niñito y regañarle recuerda que “un vaso de agua regado se puede limpiar en 5 minutos, pero toma mucho tiempo sanar un corazón herido” (autor desconocido).

Hay niños que son naturalmente mansos de personalidad y buscan complacer a las autoridades alrededor de ellos. Hay otros niños que miran a las autoridades más cercanas y se sienten suficientemente seguros de probar su habilidad para tomar decisiones y parecer un ser independiente, en otros términos, pueden desafiar tu autoridad.

La hora de comer no es para tener una lucha de poder, es para asegurarnos que el niño está en un lugar seguro, que tú lo amas y es contigo con quien recibe todo lo que su cuerpo y corazón necesita para crecer siendo una persona con confianza en sí mismo y capaz de manejar sus propias emociones.

Como antes les habían dicho tengo tres niños 2, 4 y 6 años, prontos para sus fechas de cumpleaños, y les puedo decir honestamente que la hora de comer puede resultar ser la hora más estresante. Mis tres tesoros tienen personalidades fuertes, unos más que otros.  Es fácil dejar que el tiempo en la mesa se convierta en un juego de poder.

Pero yo siendo el adulto en la mesa sé que es mi responsabilidad no caer en la trampa de ese juego.  Tengo que recordar cual es condición para ayudarme a ponerme en perspectiva la manera en que hablo a mis hijos y cómo responder en vez de reaccionar emocionalmente.

En los momentos en que me siento estresada o corta de paciencia yo evalúo mi condición física y emocional para saber si estoy bien, por ejemplo: ¿Me duele la cabeza? O ¿parte de mi cuerpo esta tensionado o me duele? Después me pregunto si estoy estresada por un asunto ajeno que no tiene nada que ver con mis hijos ¿He comido bien mientras que intento que mis hijos estén bien alimentados? ¿Dormí bien o no?  Estas son preguntas para traerte a reflexionar que mucha de nuestra falta de paciencia con nuestros hijitos no tiene nada que ver con ellos y son más bien preguntas de reflexión acerca de nuestro bienestar.

La meta en la vida es disfrutar cada día con tus preciosos hijos que son tesoros de bendición para ti, regalos propios de Dios para que tú les cuides. Yo creo con todo mi ser y alma que mis hijos no son míos, son de Dios.  Yo nunca podría entrar en mi vientre y poner a trabajar las células y mandarlas a formar a un ser precioso, único y especial… ¿y tú puedes? Y tampoco tengo la última palabra sobre su futuro, solo Dios tiene autoridad suprema sobre ellos.

Ahora bien, como mamá o como papá nuestra responsabilidad es disfrutar de la presencia de ellos, amarlos en los cinco lenguajes de amor, llenar el vaso de sus almas hasta brotar con confianza, seguridad, compasión, perdón y amor.  Y eso puede y hasta debe comenzar en la mesa del comedor.  Haz de la mesa una zona de paz aun con los más pequeños sin recurrir a viejos hábitos o manipulaciones.

Las siguientes preguntas para añadir a la conversación de la mesa: ¿”Sin entrar en chismes, que notaste o viste hoy en tu escuela/trabajo, que puede ser algo para que podemos poner en oración por esta persona o situación”?, ¿”Cuál es tu momento favorito del día y por qué”?, ¿”Si pudieras vivir en otra país por un año, en cual país  y por qué”?, ”Nombra un rasgo de carácter que aprecias de cada persona en la mesa”, ¿Cuál fue un momento chévere y cual fue un momento desafiante o difícil para ti hoy”?

Espero que estas preguntas hayan estado enriqueciendo sus conversaciones en la mesa.  Para la próxima “Una Idea Para Masticar” seguiremos con la idea de cómo tener el oído de tu familia por encima de todo el ruido de los compañeros y medias sociales. No te lo pierdes.

Por: Laura Catherine Cuéllar
E-Mail: lauracatherine@mision-latina.org
Cape Coral, Florida – Estados Unidos

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