Los tres mequetrefes

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Hugo Fernando Cabrera OchoaEl prolífico y rememorado escritor francés Alejandro Dumas fue quien redactó Los Tres Mosqueteros, una entretenida novela que narra las aventuras de un joven gascón de veinticinco años conocido como D’Artagnan, que viaja rumbo a París para convertirse en mosquetero. D’Artagnan no es uno de los mosqueteros del título, sino que lo son sus conocidos Athos, Porthos y Aramis, amigos inseparables que viven bajo el lema «uno para todos, todos para uno».

Esta novela es uno de los tres libros que hacen parte de Las historias de D´Artagnan escritas por Dumas y adaptadas por diferentes directores y productores al cine y la televisión.

En Neiva, ciudad de pintorescas situaciones, divertidos sainetes y jocosas tragicomedias, suelen suceder cosas particulares que son recordadas por lo graciosas y en medio del típico buen humor opita traídas a colación en amenas conversaciones y enriquecedoras tertulias.

Fácilmente podemos recordar la popular historia del Embajador de la India y la destrucción de la Represa de Betania, entre otras que son repetidas y comentadas en reuniones y conversaciones de pasillo, seguidas por risas y carcajadas.

Hoy en día se está gestando una historia que con seguridad hará poner rojos a algunos y grises a otros por las risotadas que puedan producir al ser narrada en un futuro y hace referencia a tres personajes que se han apoderado de una estación radial y sus micrófonos, para hablar mal de la gente, difamar, atacar y extorsionar a políticos, candidatos y gobernantes, lo cual debería ser castigado por la ley.

La leyenda no es de Alejandro Dumas, este hombre culto jamás llegaría tan bajo y no podría en medio de la elegancia de sus letras, contar la vulgares actuaciones de estos tres guasones de los que les hablo, tal vez el autor puede ser más bien Ahuevardo Turmas, quien funge chistosamente como director de noticias de un grosero noticiero local.

Sus compañeros de aventuras no podrían llevar el nombre de tan acrisolados caballeros como Athos, Porthos o Aramis, pero bien podrían llevar el mote de Guarichis, Bruto y Patraños; tres bárbaros y sucios informadores que por cosas de la mala administración pública de hoy se hicieron a una emisora comunitaria.

Toda la información que manejan busca beneficios económicos para ellos. Atacan al alcalde municipal si no se les contrata a sus queridas y/o queridos, porque con tanta libertad de comportamiento y preferencias, éstos no se escapan de sus particulares gustos sexuales. Presionan al gobernador si no les participa de la torta publicitaria o de las mil cosas que se inventan en las administraciones para callar a rufianes de esta talla; al fin y al cabo los gobernantes terminan aceitando más a los bufones de esta calaña que son sus enemigos para amordazarles el pico y terminan olvidando a los verdaderos periodistas que son sus amigos.

No sé si el Ministerio de la TIC algún día abra los ojos y reasigne esta frecuencia a gente que realmente pueda construir y fortalecer la cultura regional, porque lo que está pasando es el alimento para una historia desagradable de cotidianidad huilense que más adelante nos hará reír, pero que hoy nos obliga a desaprobar su apestoso actuar.

Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa – hfco72@gmail.com

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