MARCHA. ¿Por qué todas y todos debemos marchar el 8 de Marzo?
¿Por qué la marcha “La vida es sagrada”, convocada por el profesor Antanas Mockus para el 8 de marzo de 2015, se va a realizar en esa fecha?
En primer lugar, nos parece importante recordar que la marcha fue convocada inicialmente para el 4 de febrero porque, recordando la marcha del 2008 en contra de las FARC, se quería resignificar una fecha en la que una gran cantidad de personas nos unimos por una misma causa. Ahora, la idea sería marchar no en contra de algo sino a favor de la vida, realizando un acuerdo entre quienes participen para comprometerse a nunca cometer un homicidio y a respetar la vida a pesar de las diferencias. No obstante, varias organizaciones sociales se acercaron al profesor Mockus porque no se sentían cómodas con la fecha. En espíritu de apertura y escucha se decidió aceptar un cambio de fecha y se buscaron otras alternativas. Por un lado, diferentes colectivos, entre ellos de mujeres, sugirieron la fecha del 8 de marzo; por otro lado, se dispuso un sondeo conjunto que realizaron la W Radio y Eltiempo.com (Leer 8 de marzo, nueva fecha para la marcha por la vida) en el que la misma ciudadanía eligió el 8 de marzo. La determinación de la fecha no fue una decisión a discreción del equipo organizador ni del profesor Mockus.
En segundo lugar, considerando que se había elegido el 8 de marzo como la fecha para marchar, resultó grato para el equipo de coordinación que coincidiera con el Día Internacional de la Mujer, no para opacar una fecha que celebra las vitales luchas que han dado las mujeres históricamente, sino para celebrar, también, que las mujeres son quienes presentan menores índices de violencia homicida en el mundo, en general, y en Colombia, en particular. Con esto, queremos también hacer un homenaje y motivar a la sociedad Colombiana a aprender de su ejemplo.
Finalmente, queremos recordarles que hemos leído con atención todas las inquietudes y propuestas de organizaciones respecto a la marcha. Cada quien propone un día o un evento diferente de acuerdo a su interés o su conveniencia misional. Es importante reiterar que la fecha fue elegida por la ciudadanía y que la Marcha por la Vida es una iniciativa amplia e incluyente; que va más allá de colores, confesiones, ideologías políticas, filiaciones partidistas o grupos poblacionales.
Para poder converger en medio de esas maravillosas diferencias, necesitamos ante todo tener vida y tener la garantía de que nos respetemos, mutuamente, este derecho. Apelando a este primer acuerdo, al cual debemos llegar para luego poder debatir amablemente desde todos los puntos de vista, les invitamos a marchar este 8 de Marzo para decirle al mundo que las colombianas nos queremos vivas, los colombianos nos queremos vivos.
¿Qué motiva una marcha por la vida?
Usted, yo, queremos una vida buena, una vida bella, una vida digna, una vida admirable y justa. Pero para gozar de una vida que amerite todos esos adjetivos necesitamos, primero que todo, tener vida.
Con el proceso de negociación que se adelanta en La Habana, el imaginario de “paz” se ha reducido a las conversaciones entre el Gobierno y las FARC y no nos estamos dando cuenta de que el conflicto armado, si bien causa y ha causado muchas muertes, no es la principal causa de muertes violentas en el país. Tenemos que empezar por silenciar los fusiles para discutir todo lo que implica la paz. Pero claramente la paz no consiste solamente en silenciar los fusiles.
Nos hemos dejado anestesiar y Colombia es uno de los países con más muertes por cuenta de la violencia interpersonal en el mundo. Es decir, las personas “de bien” nos estamos matando entre nosotras mismas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2013 la tasa de muertes por violencia interpersonal en Colombia fue de 30,3 por cien mil habitantes; es decir, cuatro veces mayor a la del promedio mundial (6,9 por cien mil habitantes). Tenemos 659 municipios que superan al mundo en la tasa de muertes por violencia interpersonal.
Mientras nos enfocamos en ver al conflicto armado como el único causante de nuestras dificultades para convivir, las estadísticas muestran que dos de cada tres muertes en Colombia NO SON CAUSADAS POR EL CONFLICTO.
La mayoría de los seres humanos no hemos matado ni tenemos la intención de hacerlo. Sin embargo, nuestro rechazo a la violencia y a la guerra se ha vuelto laxo, y hemos caído en el error de rechazar más a las personas que a los actos mismos. Condenamos al violento agrediéndolo, recibiendo de regreso otra reacción violenta.
Esta movilización es para concientizarnos de que tenemos que ir más allá, tenemos que prestar más atención a cómo convivimos, a cómo nos tratamos todos los días, que tenemos que empezar a cambiar como sociedad, que debemos comenzar por cambiar nosotros mismos la visión que tenemos de las demás personas.
SÍ COMO SERES HUMANOS SOMOS CAPACES DE VIVIR JUNTOS, unos cerca de otros; somos capaces de negociar pacíficamente nuestros desacuerdos. Aprendamos de nuestra diversidad cultural y biológica, aprendamos a no matarnos, a respetar nuestras vidas, TU VIDA, MI VIDA, la vida de cada quien.
INVITACIÓN
Como sociedad necesitamos llegar a un acuerdo fundamental: cada vida en Colombia es sagrada, es única, es irrepetible e irremplazable: sí nacimos para ser semilla.
¿Por qué no movilizarnos para declarar que nos queremos, que queremos a todas y a todos, con vida?
Demostremos que Colombia es un país que se quiere a sí mismo.
Este 8 de Marzo, marchemos para declarar que la vida de TODAS LAS PERSONAS en Colombia es sagrada, declaremos que la vida de una persona en Colombia no vale menos que la de otra.
Cada persona debe ser apreciada por lo que pueda ser y hacer; que cada camino que emprendamos se acompañe por respeto y cuidado a la vida.
Caminemos ahora nuestra historia en una nueva dirección donde nada justifique una pérdida humana en Colombia.
¡Marchemos por la vida este 8 de marzo!
¡La vida es sagrada! http://lavidaessagrada.com/la-marcha/
Centro Cultural y de Convenciones José Eustasio Rivera
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Por: ALFREDO VARGAS ORTIZ
Docente Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Universidad Surcolombiana