El sábado en la noche vi por televisión una entrevista que le hicieron a Jaime Castro, exalcalde de Bogotá y promotor del “NO” por el acuerdo de paz.
Dentro de sus argumentos está que como las Farc manifestaron que el acuerdo era irretractable, lo mejor era renegociarlo para que fuera mejor para el país. Planteamiento que no comparto, porque de un lado, ha sido confirmado por todos los analistas internacionales que es el mejor que se haya podido firmar en todo el mundo y del otro, lo más importante, porque eso sería regresar a un pasado sangriento toda vez que mientras se vuelven a las conversaciones, que nos conllevaría otros cuatro años o quizás más de diálogo, sería regresar a la guerra.
Me preguntaba cuántos hijos, nietos o bisnietos estaría Jaime Castro dispuesto a enviar al frente de la guerra, para defender la postura de unos cuatro belicosos que aún existen en nuestro país y que no quieren que existan nuevas oportunidades de vida en nuestra dolida patria.
Con absoluta seguridad le puedo afirmar que ¡NINGUNO¡ ¿por qué?, pues porque él tiene con qué pagar sus libretas militares, si es que se las cobran porque a ellos les basta llamar a sus amigos del Ejército y ni siquiera tienen que presentarse al cuartel para los exámenes, es más, ni a reclamar el documento porque sus Coroneles se las enviarán con los estafetas.
Entonces, le importará al señor Castro esta guerra fratricida; ¿que nos sigamos matando los de abajo? Yo, tengo dos nietos y como de seguro tendrán que ir a pagar el servicio militar, no quiero que tenga que empuñar un arma para matar a alguien y, por supuesto, menos que me los maten. Eso en cuanto a lo particular, ¿pero las consecuencias para mis conciudadanos: más viudas, más huérfanos, más víctimas, más desplazados, simple y llanamente por un personaje que tranquilamente detrás de un escritorio se cree el dueño de la verdad y la razón y nos quiere mandar de nuevo a la guerra? No señor, esa no es conmigo, por eso ¡VOTARÉ POR EL SÍ¡
Se insiste por parte del uribismo en que tendrán 10 curules en el Congreso de la República y que eso representa un peligro para la Democracia. Planteamiento por demás de absurdo porque en cuanto a la cantidad 10 curules ¿qué influencia podría tener sobre los otros 256 Congresistas?
Ninguna porque las élites cuando de defender sus ambiciones políticas y económicas se trata, se unen para no ver en peligro sus intereses.
En cuanto que son criminales, pues los que sean condenados no irán al Congreso porque quedan inhabilitados, además ¿de qué se extrañan los enemigos de la paz si acaso luego no existieron 35 congresistas investigados por pertenecer o auxiliar a grupos de lo más sanguinario y criminal que haya existido no solo en Colombia sino en todo el mundo como fueron los paramilitares, entre ellos Mario Uribe, primo del expresidente Álvaro Uribe?
Uno de los graves problemas que tenemos los colombianos es que no tenemos memoria o cuando de defender nuestros intereses particulares o de sectarismos se trata, nos hacemos los olvidados sin tener en cuenta las consecuencias de ello y por eso la historia se repite una y otra vez y ahora muchos quieren repetir lo más sangriento y degradante que puede existir para el ser humano: la guerra y sobre todo sin justificación alguna para el pueblo. Si la historia de Colombia nos habla de “La patria boba”, período comprendido entre 1810 a 1816, que se caracterizó precisamente por grandes conflictos internos que surgieron por opiniones encontradas acerca de la forma de organización del nuevo gobierno, ésta, por su sinrazón, sería “La patria idiota” porque queremos continuar en una guerra que sólo ha traído muchísimas consecuencias graves para el desarrollo de nuestro país y yo, personalmente no quiero hacer parte de ella.
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Por: Álvaro Cabrera Palomá
