Hace un par de semanas escribí acerca del marketing político e inicié la columna con un sabio proverbio alemán que me gusta mucho, porque en ocasiones somos o nos volvemos tan obstinados que no nos alcanzamos a dar cuenta que vamos en la dirección equivocada, y quienes nos acompañan no tienen la capacidad de distinguir la dirección correcta para reorientar la marcha.
Conclusión, debemos sabernos rodear no sólo de aduladores sino también de buenos consejeros, de aquellos que hablan con la verdad aunque sea dura, pero que conocen muy bien el funcionamiento de la brújula, saben leer un mapa y combinan perfectamente estas dos herramientas para encontrar el rumbo correcto.
La frase que les presento el día de hoy, es un sabio proverbio africano que dice: “Si quieres llegar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, camina en grupo”.
Y tomo esta frase, que me parece sumamente valiosa, porque cuando se habla de marketing político y se plantean etapas para el desarrollo de una campaña electoral, con lo primero que se debe contar es con un muy buen grupo de trabajo, un equipo que entienda claramente el concepto de sinergia, un conjunto de individuos capacitado y calificado, que esté dispuesto a entregar lo mejor de sí por la conquista de la meta trazada.
Identificadas las personas con las cuales se va a emprender la marcha, se deben revisar algunos puntos vitales para no desplazarse por terrenos desconocidos y no desperdiciar esfuerzos, teniendo muy claro el fin, soportados en medios adecuados y eficientes. Por lo tanto, luego de haber conformado la organización de campaña, posteriormente lo que se debe hacer es una investigación para identificar a quién se va a enfrentar y quiénes conforman su compañía, pero además tener muy claro en qué consiste su propuesta electoral, pues es fundamental conocer en detalle los argumentos con los cuales se mueve la contraparte.
Otros elementos substanciales de la etapa de investigación es identificar las características del electorado, sus percepciones, preocupaciones, actitudes, preferencias, imagen de los candidatos, intención de voto, necesidades y deseos.
Se debe revisar muy bien la propia campaña en todo su conjunto, iniciando por el candidato mismo (debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas), el entorno en general (contexto social, político, económico y religioso), pero además todo aquello que envuelve la elección.
En la próxima columna les hablaré acerca de la etapa de planeación de la campaña y más adelante les plantearé algunos tips para que se haga de la mejor manera posible.
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