El verdadero asesino de Yuliana

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¿No ha sido suficiente una semana para ya dejar de hablar del caso de Yuliana Samboní y uno de sus asesinos Rafael Uribe Noguera? Claro que no.

Y ningún tiempo lo será. Han sido tantas las versiones, historias, noticias, videos y demás, que realmente aparte de informarnos, muchas veces ya empezamos es a recrear, fantasear y por qué no, muchos tal vez, hasta nos vemos envueltos y llamados a ser agentes del CTI, al mejor modelo o imitación de las series CSI, ID o similares. Además de la revictimización a sus familiares, que definitivamente es en lo que menos pensamos, pues todos nos quedamos es en el morbo, el juicio y el show.

Más allá de ello, no dejo de pensar que definitivamente el señor Rafael no fue el único asesino de Yuliana. Muchos más también somos sus asesinos. Lo son también aquellos que con indiferencia hoy permiten la explotación de los menores de edad. Lo somos también aquellos que con complacencia hoy permanecemos en defensa a ultranza de modelos patriarcales machistas y de exclusión a las mujeres. Lo son también aquellos que nos han gobernado manteniendo grandes poblaciones marginales y excluidas del ejercicio de sus derechos tan básicos como la salud, educación, vivienda y otros.

Es en momentos como éste donde definitivamente da dolor inmenso de ser colombiano y ver pasar el tiempo y ver repetirse una y otra vez casos como el de Yuliana sin que nadie haga nada. Quisiera ver la sociedad volcada en protesta por los más de 17 mil casos como el de Yuliana que ocurren al año, luchando por educación, salud, vivienda y otros determinantes sociales de salud para el total de la población, prioritariamente de la menos favorecida, pues solo así caminaríamos a la justicia, paz y equidad. En cambio lo que observamos son sociedades volcadas a defender sus “derechos” al aborto, eutanasia, divorcio exprés.

Y si hay claras y contadísimas excepciones, hoy quiero traer a nuestra memoria (esa misma que es tan pasajera, volátil y demasiado efímera) el nombre de la exsenadora Gilma Jiménez QEPD. Mujer caldense que su vida política la hizo teniendo como bandera la defensa de los derechos de los niños, llegando al Congreso en el 2010 donde un poco más tarde presentó el Referendo que buscaba la cadena perpetua para los asesinos, violadores, abusadores y/o secuestradores de menores de 14 años.

Su propuesta la respaldaba más de 2 millones de firmas, fue aprobada en sus cuatro debates en el Congreso pero finalmente la Corte Constitucional la declaró inexequible por fallas de trámite y procedimiento. Y murió y no pudo ver hecho realidad su sueño y el de muchos colombianos.

Si hoy en nuestro país trabajáramos por los determinantes sociales y contáramos con leyes como la de Gilma, casos como el de Yuliana muy poco o nunca se presentaría. Asesinos como Rafael y sus cómplices, al encontrar mayor rigor en la ley, se abstendrían de realizar sus delitos; y familias como la de Yuliana gozarían de mejores condiciones, ambientes, espacios de cuidado, desarrollo y organización, donde no fueran violentados, maltratados y asesinados niños o niñas como Yuliana.

Mientras sigamos siendo apáticos y no aportemos al cambio desde nuestras vidas como buenos cristianos y honestos ciudadanos, solo puedo concluir afirmando amigo lector que tanto usted como yo, somos los verdaderos asesinos de Yuliana Samboní, de las otras 17 mil que ocurrieron este año y de las que muy seguramente seguirán ocurriendo.

Ese es el verdadero asesino, así la justicia hoy solamente condenen a Rafael Uribe Noguera y mañana a sus cómplices directos.

Por: David Andrés Cangrejo Torres – dactmed@gmail.com
Twitter: @DCANGREJO

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