Es importante determinar cuál es el momento exacto para iniciar la promoción de un destino turístico, ya que en muchas ocasiones adelantarnos o atrasarnos a él podría traer graves consecuencias para el futuro desarrollo del mismo. La promoción turística debe estar fundamentada en la estructuración de un destino sólido, con atractivos plenamente identificados, productos caracterizados, logística garantizada y lo más importante un talento humano comprometido con su operación.
En muchas ocasiones se comete el error de adelantarnos a esta consolidación, y empezamos a promocionar destinos y productos, que aún no están listos para este trascendental paso. Esto puede considerarse como uno de los más garrafales errores en lo concerniente a estrategias de marketing turístico moderno, ya que, al contrario de otros tipos de productos o servicios, la expectativa turística se convierte, desde el primer momento de su concepción, en uno de los pilares de la evaluación de un destino, y si esta no se cumple a cabalidad podríamos estar hablando de un fenómeno de referenciación negativa, el cual sería muy complejo y costoso revertir.
Es importante entonces, ser realmente conscientes de los avances que, en materia de turismo, estemos logrando. El fenómeno comercial de las redes sociales, puede tanto beneficiar como perjudicar un ejercicio de promoción para el cual no estemos debida y responsablemente preparados.
La avalancha de visitantes o turistas, que se pueden generar por una publicación en cualquiera de estos medios de difusión masivos, puede ser tan inesperada, que puede desbordar nuestra capacidad logística, generando un verdadero caos.
En muchas ocasiones hemos visto promociones de productos no consolidados, que generan además de una insatisfacción directa al turista, desconfianza en los operadores mayoristas, quienes son los encargados de ofertar nuestros destinos en el ámbito internacional.
Dar inicio a un proceso de promoción de un sitio turístico, pensando coloquialmente en que “en el camino se arreglan las cargas”, se ha convertido en una estratagema no solo de personas sin el conocimiento claro del concepto de marketing estratégico, sino de algunos especialistas en el tema, que subvaloran la importancia de la oportunidad de la promoción, como una de las más influyentes herramientas de comercialización para el turismo.
De igual forma y a propósito de esta situación recurrente, que no solo se debe revisar desde la virtualidad, también existen espacios presenciales de suma importancia, en los que también debemos tener en cuenta los parámetros aquí descritos.
Ferias, muestras, ruedas de negocios y demás actividades programadas para la promoción masiva de nuestros destinos turísticos, en las que es imprescindible revisar y evaluar desde la base, nuestra oportunidad de participación, es decir, todo lo referente a la estructuración adecuada del producto a ofertar y de todos sus componentes complementarios, la cual no solo debe estar en proceso de implementación, sino plenamente consolidada.
No dejemos que el afán por vender, nos haga saltar y obviar pasos fundamentales para garantizar la sostenibilidad y sustentabilidad de nuestros proyectos turísticos. El éxito del desarrollo turístico regional, dependerá de la calidad con la que cimentemos sus estructuras.
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Por: Hugo Andrés Rivera Collazos
Correo: hrivera.consultores@gmail.com – Twitter: @hugoandres1975