El estrés preelectoral

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Avanza el tiempo y el plazo para que los candidatos al Congreso de la República, tanto a Cámara de Representantes como Senado de la República, comienza a amenazar con terminarse, en medio de una incertidumbre asombrosa y tenebrosa, para ellos, quienes seguramente están haciendo una gran inversión desde el punto de vista económico y de energías, en aras de conquistar los votos del electorado.

Los jóvenes que juiciosamente acudimos a las urnas a votar y participar de la posibilidad de elegir a quienes nos van a gobernar o van a legislar (CPC Artículo 40. Todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político. Para hacer efectivo este derecho puede: Elegir y ser elegido. Tomar parte en elecciones, plebiscitos, referendos, consultas populares y otras formas de participación democrática…), hemos venido analizando a profundidad a quién o quiénes vale la pena respaldar, pues lo que ha venido pasando no nos satisface y creemos que es hora de evaluar muy bien el panorama y las posibilidades que se presentan ante el pueblo colombiano como opciones para decidir el futuro del país.

De acuerdo a datos suministrados por el DANE, la población joven de Colombia representa el 25,9% del total, es decir, aproximadamente 12,53 millones de personas, de las cuales el 13,1% son hombres y 12,9% son mujeres, es decir un aproximado de 6,3 y 6,2 millones, respectivamente. Recordemos que el presidente Iván Duque en la segunda vuelta presidencial fue elegido con 10,34 millones de votos, eso quiere decir que los jóvenes tenemos un significativo poder político.

Estamos en un momento crucial de la historia de Colombia, seguramente cada etapa política ha sido trascendental, de eso no me cabe duda, pero posiblemente es esta etapa en la que los jóvenes han estado más comprometidos, más decididos a participar, más conectados con la problemática nacional y han demostrado con mayor ahínco su inconformidad con lo que ha venido pasando en nuestra nación y la manera como se han conducido los destinos de la misma.

He visto por redes sociales cómo muchos candidatos se rasgan las vestiduras, caminan con fríjoles en los zapatos, brincan, saltan, se sientan, se agachan, ríen, lloran, reparten picos, la chocan con el puño con la gente, toman sopa en el mismo plato con los líderes de veredas, barrios y comunas y se echan unos bonitos discursos sociales, que a algunos cautivan, ya no a muchos, verdaderamente.

Pero veo muy pocos candidatos escuchado a la gente, organizando encuentros comunales en los que la población pueda expresarse, los jóvenes puedan hablar y sentirse interpretados, oídos, tenidos en cuenta, eso si no, esas son reuniones desgastantes y que quitan mucho tiempo, ese mismo tiempo que se está acabando, por eso los resultados pueden dar sorpresas.

Seguramente por esto que expongo es que se nota tanto estrés preelectoral, porque hay indiferencia de la gente para con los candidatos tradicionales, porque los jóvenes queremos participar y no nos queremos dejar meter los dedos en la boca así como tan fácilmente, porque la población colombiana está ansiosa de ver cambios verdaderamente importantes, que garanticen condiciones para que todos podamos desarrollarnos integralmente como seres humanos y tengamos posibilidades de lograr disfrutar de una vida digna, en un ambiente pacífico y con equidad.

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